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VÍCTOR M. VELA
Martes, 8 de septiembre 2009, 13:09
Tranquilo, papá, que todo tiene su explicación. La niña llegó tarde anoche, vaaaale, es verdad, pero no fue culpa suya, en serio, que es que los de Pignoise empezaron con un poco de retraso. La niña se presentó oliendo a tabaco, cierto, pero eran los de la fila de atrás, que no dejaban de darle al Lucky. Y la niña apareció sin bragas -¡buenoooo...!- pero no te preocupes, tranquilo, no le castigues ni pienses mal. Que la mama no llore, porque la ropa interior está a buen recaudo. La tienen los de Pignoise, esos chicos con pose de malotes que anoche tocaron en la Plaza Mayor. Las nenas de la primera fila les tiraron tantas bragas y tangas (pero tantas tantas) que hoy si quisieran podrían montar su propia mercería al lado de 'Los Juanitos'. No te digo más que los del grupo tenían a dos tíos, uno a cada lado del escenario, que se daban paseíllos como los recogepelotas de los partidos de Nadal. ¿Y todo para qué? Para recoger tangas. ¿Cómo te quedas? Pues eso.
Los de Pignoise convocaron ayer a toda la muchachada de Valladolid. La chavalería, toda, en la Plaza Mayor... y el tuenti vacío. Y si hay alguien por ahí, al otro lado de la página, que no sabe lo que es el tuenti, que ponga un adolescente con Internet en su vida. Y sabrá lo que es bueno.
Total, que la plaza llena de cenicientas de 'converse' y camiseta del pull&bear, con hora de toque retrasada para poder ver el concierto de Álvaro Benito y compañía. Sí, papá, Álvaro Benito, el ex jugador del Real Madrid, que dejó una banda (la izquierda) por otra (la de rock) y ahora utiliza el pié no para chutar, sino para seguir el ritmo de sus canciones de letras romanticonas con guitarras potentes y gamberras para que la cosa también les guste a ellos. Y la mayoría, con la comunión más cerca que la Selectividad. Chavales que, como no pueden votar, botan. Se lo pide Álvaro en cuanto sale al escenario (lo hace con una capa roja y la música de Supermán de fondo, 'no comment'). Sin gomina y con flequillo suelto (sabía dónde venía) va y suelta: «Que bote Pucela». Y Pucela bota. Con la escala Richter tiritando en el epicentro de la ciudad. Con los decibelios por las nubes cuando suena 'Sigo llorando por ti', cuando le pegan a 'Sube mi cohete', cuando a eso de las doce y cuarto dibujan los primeros acordes de 'Nada que perder', la banda sonora de la televisiva 'Los hombres de Paco', y la Plaza Mayor lo canta con el pulmón desatado. Si hay alguien en Parquesol que no tiene 'climalit' en las ventanas, fijo que anoche escuchó lo que se cocía allí abajo.
Luego llegaron los bises. Quizá muy pronto (el concierto fue cortito). Álvaro se enfundó la camiseta del Real Valladolid y recordó que «de pequeño venía casi todos los fines de semana a Pucela, porque mis abuelos, mis tíos viven aquí». Para qué quieres más. Ellas, loquitas y suspirando, no sea que un día se lo encuentren de paseo por el Campo Grande. Y así no haya que hacer puntería para tirarle el tanga ni corear a gritos su nombre. Porque anda que no es difícil animar a alguien con nombre esdrújulo. «Áaaaaaaaalvaro», «Áaaaaalvaro».
Más tranquilito fue lo de Efecto Mariposa, el grupo que empezó la noche en este pack de conciertos a lo Carrefour. Lo del '2x1' está bien, pero cuando viene bien anunciado. Porque alguien se ha colado y en el programa de fiestas (el que nos reparte el Ayuntamiento) venían al revés. El caso es que Efecto Mariposa abrió la velada con un concierto más de andar por casa. Tanto, que Susana (la cantante) reconoció que estaba «un poco constipaílla» y aprovechaba las pausas para echarse unas tosecillas. Tanto, que el chófer del grupo salió al escenario a saludar y ya de paso, a hacerse una foto con el público de Valladolid al fondo. Tanto, que no dudaron en firmar autógrafos a los fans que esperaban al término de la actuación, donde pudieron escucharse canciones como 'No me crees' o 'El mundo'. Así que papá, no te enfades, que la niña llegó tarde, sí, pero tampoco hizo nada malo. Vamos, digo yo.
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