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J. J. LÓPEZ
Viernes, 12 de junio 2009, 09:25
Después de cuatro temporadas y arrastrado por un mundo del fútbol que, lejos de los flashes de la Primera, se muere poco a poco, Carlos García Becerra dijo ayer adiós al Palencia.
Fue un adiós sentido, de esos en los que la mirada implica más que cualquier palabra. «Me jode dejarlo». La expresión le salió del alma, casi como el abrazo con el que se fundió con el que ha sido su presidente durante los últimos cuatro años de su vida, Albergo Villegas. «Es una persona que ha confiado en esta directiva desde el primer momento y que ha demostrado que quiere a este club», explicó el máximo mandatario morado. Junto a él, Jesús Herrero, el vicepresidente, asentía las palabras de su compañero, quien agradecía al venezolano su esfuerzo por el color morado.
El ariete, observado desde la distancia por Agostinho y Paulino, dos de los veteranos del equipo, explicó que el fútbol ha sido su vida y que le está muy agradecido. «Nunca podré dejarlo, porque como dice Paulino, hasta que no nos echen de una patada, no vamos a marcharnos», se sinceró el ex del Alicante.
Carlos cuelga las botas de manera profesional debido a una oferta de trabajo de una empresa de alambres. «El miércoles por la tarde me llamó un amigo mío que tiene la empresa y me ofreció trabajar», indicó. La fábrica, ubicada en la comunidad cántabra, permitirá a Carlos estar con su mujer, natural de allí, y empezar una nueva vida junto a sus tres hijas. «Es el momento de pensar en ellas», afirmó ante el asentimiento de los presentes.
La situación del mundo del balón, inestable aún más en Segunda División B y en Tercera, ha sido uno de los empujones que han propiciado que Carlos cuelgue las botas prematuramente, con 32 años. «No dejo puertas abiertas, porque soy consciente de que tengo una edad y no puedo marear la perdiz con idas y venidas», comentó.
A su derecha, el capi, Alberto Serrano, también tenía sus palabras de agradecimiento hacia uno de los pesos pesados del vestuario del Palencia. «Es un jugador que lo ha dado todo por este equipo y siempre le estaremos agradecidos», manifestó. Serrano quiso quitar dramatismo a la despedida y bromeó con el que hasta ayer fuera su compañero de equipo, «llega un momento en el que todos tendremos que trabajar», bromeó ante las risas de los asistentes que también se sensibilizaron ante las palabras del venezolano.
Carlos ha sido uno de los nombres propios del Palencia. El ariete venezolano fue uno de los artífices de que el equipo rozase el ascenso a Segunda en la temporada 2006-2007.
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