MIGUEL A. PINDADO
Lunes, 1 de junio 2009, 10:41
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El Pevafersa es un club que cumple. Siempre. En la tarde del sábado puso el corazón en un vilo a miles de aficionados pero al final conquistó el título de la Recopa de Europa. Después, un sinfín de celebraciones, de baño de multitudes y por supuesto de baño en la Fuente Dorada. Y después cena, y después celebraciones hasta muy, muy altas horas de la madrugada. Pero ayer, a las 11.30 de la mañana, todos los componentes de la plantilla estaban con sus vistosas camisas naranjas en el polideportivo Huerta del Rey para dar comienzo la jornada de celebraciones oficiales. Afortunadamente, el sol de justicia justificaba las gafas de sol y evitaba excusas sobre las ojeras.
El recorrido del autobús descubierto se incrementó un poco más de la cuenta ya que a esas horas de la mañana el tráfico en Valladolid no es precisamente intenso. De cualquier forma, los vallisoletanos que paseaban por las calles de la ciudad aplaudieron y animaron a la comitiva. Incluso alguna vecina se sorprendió cuandoabrió las cortinas de su habitación al oir las sirenas de la policía que escoltaba al autobús y se encontraba casi a la altura de su ventana con todo el equipo del Pevafersa jaleando las virtudes del pijama...
Después de estas anécdotas, el autobús se detuvo junto al iglesia de San Lorenzo, donde toda la comitiva bajó para ofrecer la Recopa a la patrona de la ciudad. El párroco Jesús Mateo recogió el trofeo de manos de los capitanes Sierra y Raúl y no dudó en comentar que los jugadores de merecían un premio y por tanto «a ver si se estiran los de los dineros», lo que provocó el aplauso unánime de la plantilla.
Después de la ofrenda a la Virgen de San Lorenzo, la correspondiente salve y el deseo del párroco de «volveros a ver el año que viene», la comitiva disfrutó de un refrigerio en el restaurante Ágora antes de dirigirse, de nuevo en autobús hacia el Ayuntamiento.
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En la puerta les esperaba el alcalde de la ciudad Javier León de la Riva. Una vez en el balcón del consistorio, el alcalde inició la ronda de micrófono para que todos y cada uno de los componentes de la plantilla se dirigiese a los cerca de mil aficionados que, bajo un sol aplanador, esperaban en la Plaza Mayor.
Comenzó el presidente Dionisio Miguel Recio, seguido por el técnico Juan Carlos Pastor y el capitán Sierra, quien ya transformó los discursos en show. Así, Prieto se despidió con un sincero «os echaré de menos», mientras Edú intentaba ofrecer su discurso mientras Perales, Raúl y otros compañeros simulaban quedarse dormidos. Ávila tuvo un recuerdo hacia los muchos jugadores que lo habían intentado antes y que no habían tenido la fortuna de conseguir el trofeo, mientras Bilbija simulaba que iba a leer en un cuaderno su discurso que simplemente decía: ¡Campeones, campeones!
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Y como siempre hay que poner una pizca de picante en toda celebracion, esta vez recayó en Roberto, que no dudó en corear «leonés el que no bote».
Una vez concluidos el acto en el balcón se procedió al acto protocolario de la entrega de la Recopa a la ciudad en manos del alcalde.
León de la Riva reconoció que el equipo de balonmano «es al que más he recidido por las muchas hazañas que ha conquistado en su larga trayectoria», y tampoco dudó a la hora de afirmar que «esta Recopa tendrá consecuencias porque los buenos rendimientos y resultados tienen que tener su premio»:
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Dionisio Miguel aprovechó para «rogar» a las instituciones «que no se olviden de este club» y también para prometer que jugarán la Champions y la ganarán. Por último, Pastor «recogió el reto» y solicitó «estabilidad» para seguir trabajando por los éxitos del club.
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