E. RUBIO
Jueves, 28 de mayo 2009, 03:07
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Dentro de Adrados se localizan dos ermitas, una dedicada a San Roque y las ruinas de la de San Benito. Ésta última se sitúa a un kilómetro y medio al norte del pueblo, en dirección a Perosillo. Los restos que se conservan permiten constatar que se trataba de un templo de origen románico. La parte más destacada es la cabecera que iría cubierta por una bóveda de cascarón.
La otra ermita de la localidad, la de San Roque, se encuentra junto a la carretera del pueblo. Reúne las características de otros templos de la zona ya que no tiene una puerta de acceso sino dos, unidas por dos arcos de medio punto. Tiene planta rectangular y su interior es muy sencillo con los muros encalados y con un pequeño altar neogótico con la imagen del santo, San Roque.
La construcción del templo data de principios del siglo XVII, por lo que se deduce que los vecinos se lo dedicarían a este santo para que la peste que en 1599 asoló muchos pueblos no volviera a causar más bajas.
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