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Raúl González, con una máscara de protección, percute sobre la defensa del Kiel en la semifinal de la Supercopa de Europa./ G. VILLAMIL
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Los alemanes, rivales tozudos

El Pevafersa Valladolid se ha medido en siete ocasiones a rivales alemanes y sólo ha conseguido salir una vez airoso de una eliminatoria

MIGUEL Á. PINDADO

Miércoles, 27 de mayo 2009, 03:02

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La historia europea del BM Valladolid está muy ligada a los conjuntos alemanes. Evidentemente la española y la germana son las dos mejores ligas del mundo y es habitual que en las finales continentales equipos de ambas competiciones se den cita en la lucha por los títulos.

El primer enfrentamiento vallisoletano-germano tuvo lugar en la primera participación europea del BM Valladolid. En los cuartos de final, el Flensburg dejó en la cuneta a los de Pastor en la Copa EHF de la temporada 1997-98. El primer partido se disputó en Huerta del Rey (22-2-1998), y los de Pastor ganaron por 30-28, pero en la vuelta (28-2-1998), el Flensburg hizo valer el peso de jugar en casa y ganó 32-26. En ese partido el BM Valladolid, después de llevar perfectamente encarrilada la eliminatoria durante 42 minutos, sufrió los rigores del 'arbitraje europeo' y y así lo comentó Juan Carlos Pastor al acabar el partido: «Los árbitros han decidido la eliminatoria». Tampoco el capitán Raúl González se mordió la lengua: «No nos han dejado ganar los árbitros». En aquel partido en un abarrotado pabellón alemán jugaron Jorge, Guillermo (11, 4 de penalti), Juancho (3), Paredes (4), Gallego, Raúl González (2), Ávila (2), López, de la Haza y Miguel Agustín (4).

Apenas repuestos de este varapalo alemán, en la temporada siguiente el BM Valladolid tienen la osadía de plantarse en la final de la Copa EHF, donde le esperaba el Magdeburgo alemán. El potencial económico de los germanos multiplicaba varias veces el del BM Valladolid, pero eso no fue obstáculo para volver a dar una lección de pundonor y saber jugar en Huerta del Rey. Los de Pastor doblegaron a las estrellas germanas (11-4-1999) por un digno 25-21, cuatro goles de ventaja que ofrecían esperanzas a la expedición vallisoletana. También ahí comenzó el exodo masivo de aficionados ya que alrededor de doscientos se desplazaron ¡en autocar! hasta Magdeburgo para ver en directo la final. Y en la vuelta (18-4-1999), los alemanes sufrieron hasta el minuto 45 (25-21) para acabar arrollando a los de Pastor por un contundente 33-22. En aquella primera final jugaron por el Valladolid: Malumbres, Gallego, Alemany (5), Pisonero (3), Paco López, Raúl González (1), Ávila (2), Roberto (3), Jorge González, Raúl Campos (8, 4 de penalti), Iker Romero y un jovencísimo Chema. Al término de esta final, la incertidumbre rodeó al BM Valladolid ya que los equipos de campanillas habían puesto sus ojos en muchos jugadores morados, las dificultades económicas y la marcha del presidente Andrés Martín hacían duda del futuro de la entidad.

Pero no hay dos sin tres. El BM Valladolid había aprendido que se podía sobrevivir a base de gestas, de hazañas épicas y de remontadas espectaculares y en la temporada 1999-2000 regresaba a otra final europea, esta vez a la de la Copa City, y también ante otro rival alemán, el Grosswallstadt. Esta vez habían cambiado las tornas y se jugaba el partido de ida en tierras teutonas (23-4-2000). La dureza e incluso violencia de los germanos con la connivencia arbitral les permitió una ventaja de siete goles (30-23). La ilusión por jugar la vuelta en casa y la confianza plena en su equipo relajaron las críticas a unos colegiados infames. Todos apostaban por la caldera de Huerta del Rey, que recibió con un llenazo espectacular a los alemanes el 29-4-2000. Pero no pudo ser. Un balonazo al rostro del portero por parte de Pisonero le costó la expulsión y cortó de raiz el juego local justo cuando el BM Valladolid iniciaba su particular remontada para acabar con un insuficiente 32-27. Por parte vallisoletano jugaron Malumbres, Pisonero (7), Paco López, Raúl González (5), Davis (4), Iker Romero (2), Roberto (7), Jorge Martínez, Cortés (2), Montes (2), Chema y Dasilva (5).

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Supercopa

Tuvieron que pasar cuatro años para volver a ver un enfrenamiento vallisoletano-germano. Y fue en la Supercopa de Europa disputada en Ciudad Real. El repentino fallecimiento del portero cubano Vladimir Rivero obligó a su club, el Portland, a renunciar a jugar esta competición. Como quiera que el BM Valladolid había sido el finalista de la Recopa de ese año y estaba más cerca, la organización invitó al club vallisoletano junto con el Kiel, el Celje y el Ciudad Real. Lo más granado del balonmano europeo del momento. Los de Pastor se midieron ante el Kiel germano en el primer partido (27-11-2004) y cayeron derrotados por un ajustadísimo 37-35 y eso contando que Raúl González, el gran capitán y cerebro vallisoletano, jugaba con una máscara tras romperse la nariz un par de semanas antes contra el Kilkis griego. Por parte del Valladolid jugaron Sierra, Asier (1), Renero, Davis (3), Garabaya (7), Chema (5), Ávila (3), Zubiría, Fis (9), Gull (7, 2 de penalti) Gamboa y Raúl González.

Después, en la lucha por el tercer y cuarto puesto, los de Pastor perderían ante el Ciudad Real, mientras que el Celje (con Bilbija y Lorger en sus filas), se alzaba con el título.

El año 2007, con la participación del BM Valladolid en la Liga de Campeones, vivió un doble enfrenamiento pucelano-teutón en la máxima competición continental. En primer lugar, los de Pastor se midieron en cuartos de final al poderoso Gummersbach. El partido de ida se disputó en Huerta del Rey (24-2-2007), sobre el tapiz azul obligado por la EHF. La fiesta goleadora invadió a ambos conjuntos y en el río revuelto los germanos se llevaron un empate (36-36). No quedaba más remedio que volver a apelar a la gesta, a la hazaña. Así, en el partido de vuelta, en el impresionante Kolnarena, con más de 15.000 aficionados en las gradas y un ambiente excepcional, los de Pastor hicieron morder el polvo en su casa por primera vez en la historia a un equipo alemán (32-34). Esta vez triunfó el juego alegre, táctico y eficaz de los de Pastor, con un Gull soberbio con 10 goles (1 de penalti), acompañado por Lorger, Ugalde (3), Muratovic (5), Garabaya (4), Chema (3), Roberto (5, 1 de penalti), Sierra, Asier, Edu (3, 2 de penalti), Rentero, Vïctor Hugo y Ávila (1).

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A un gol

Pastor comentó tras este partido que «el BM Valladolid es el patito feo de la 'Champions'». Y no era para menos porque a las semifinales habían llegado los morados y tres de los mejores equipos del continente y habituales en las finales como era el Portland, el Kiel y el Flensburg.

Después de esta feliz eliminatoria y llegados a semifinales de la Champions, el rival en suerte fue el Flensburg, aquel mismo equipo que dejó al BM Valladolid en la cuneta diez años antes.El partido de ida se disputó en el Campushalle alemán (23-3-2007) y pese a los rigores arbitrales los de Pastor dejaron el marcador en un apretadísimo 32-30 merced a la excelente defensa y la actuación de Sierra.

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La vuelta se montó en el Pisuerga (1-4-2007). Era el escenario ideal para una gran gesta, para colocarse a la altura de los mejores del mundo, para convertir en cisne ese patito feo de la competición. Pero el destino debe tener reservadas mejores ocasiones. Los de Pastor apretaron las clavijas en defensa y los marcadores se movieron con cuentagotas para llegar a falta de un segundo del final con un 25-24 y un penalti a favor del BM Valladolid. Sin duda es el penalti más inolvidable de la historia deportiva vallisoletana. Marcar era jugar la final. Fallar, la nada. Roberto falló y el patito despertó de su sueño. Junto a Roberto jugaron Sierra, Asier, Gull (8), Garabaya (2), Chema (4), Ávila, Roberto (4, 3 de penalti), Muratovic (5), Edu (1 de penalti), Rentero, Víctor Hugo, Ugalde y Velasco (1).

La última eliminatoria con equipos alemanes se produjo la temporada pasada, en las semifinales de la Recopa frente al Rhein Neckar Löwen, un equipo nacido del talonario que resultó ser un nuevo hueso para los de Pastor. En la ida, el BM Valladolid hizo la hombrada de salir de Alemania con un empate (27-27) que, a priori otorgaba toda la ventaja a los del Pisuerga, máxime cuando el arbitraje había sido notoriamente casero en los últimos cinco minutos de partido. Pero en la vuelta, Huerta del Rey fue incapaz de frenar a los Bielecki, Jurasik, Roggish, etc. y el fortín morado se vio asaltado por el poderoso equipo germano (31-34). Con Pastor jugaron casi los mismos que ahora vuelven a intentar la proeza de un título europeo, Sierra, Lorger, Prieto, Ávila, Velasco (1), Muratovic (5), Milosavljevic (7, 2 de penalti), Víctor Hugo (4), Asier Antonio, Perales (5), Edu (2), Salva Puig (2), Chuchi (3 de penalti) y Bilbija.

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Y ahora, el sábado pasado, el Pevafersa cosechaba una nueva derrota en tierras alemanas, aunque por un único gol. Así pues en los 14 partidos disputados frente a rivales germanos hasta el día de hoy, los de Pastor han ganado cinco, empatado dos y perdido siete. A priori podría pensarse que la igualdad ha sido la tónica de estos choques pucelano-teutónicos, pero lo cierto es que de las siete eliminatorias disputadas ante equipos germanos, el BM Valladolid tan sólo ha sido capaz de superarles al Gummersbach. Es de esperar que en esta ocasión los de Pastor engorden los números porque tan sólo un gol les separa del sueño mil veces perseguido de conquistar el primer título continental.

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