Consulta la portada del periódico en papel
Alejandro Posada, María José Salgueiro y Lionel Bringuier./ HENAR SASTRE
CULTURA

Alejandro Posada pasa la batuta a Lionel Bringuier

El francés relevará al frente de la Sinfónica de Castilla y León los próximos tres años al maestro colombiano, quien seguirá vinculado como director invitado

V. M. NIÑO

Martes, 19 de mayo 2009, 13:12

Publicidad

Alejandro Posada dejará de tutelar de forma directa el destino de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) y le pasará la batuta a Lionel Bringuier, quien la conoció en el 2007. El joven maestro francés se estrena como titular de una orquesta en la OSCyL. Transición suave y acompañada, ya que Posada seguirá como director principal invitado junto con Vasily Petrenko. Dimitry Sitkovetsky es quien abandona el trío de directores.

El maestro colombiano se mostró ayer orgulloso por dejar «una buena Orquesta, en la que se trabaja en un ambiente muy agradable, el único posible para hacer buena música». Reconoció las metas conseguidas de las que se propuso con el gerente, Enrique Rojas, hace siete años. «Aumentamos el número de músicos, algo necesario para afrontar buena parte del repertorio sinfónico. Estrenamos este magnífico Auditorio sin el cual no había futuro para la OSCyL y logramos una programación que también nos ha ayudado a crecer». Entre los objetivos por conquistar, la proyección regional de la Orquesta, que hasta ahora ha logrado cierta regularidad en León y Salamanca.

Posada agradeció a la administración regional el apoyo incondicional tanto de «Villanueva, como Clemente, como Salgueiro», quien le acompañó en la rueda de presa de ayer. «Sin ese apoyo hubiera sido imposible el crecimiento de la OSCYL». Y por agradecer también mencionó a los críticos, «hasta las buenas me las creí».

La próxima temporada viajará como director invitado con otras orquestas y mantendrá tres programas con la OSCyL. «Estaré entre 10 y 15 semanas del año en Castilla y León. Seguiré pendiente de los festivales como el de Soria, de otras músicas a las que se dedica la orquesta y de los programas didácticos, así como de los concursos de los jóvenes solistas».

Publicidad

Posada (Bogotá, 1960) ha madurado con la OSCyL. Este amante antaño de los deportes de riesgo se deja robar la batuta en casa por el pequeño Nicolás. Sonríe al recordar los avatares vividos en estos años. El vagabundeo por los teatros de la ciudad, el disco frustrado con Juan Diego Flórez cuando el techo del Lope de Vega se rindió a la gravedad, el frío al que tuvo que acostumbrarse en el recorrido del aparcamiento de Usos Múltiples hasta el Calderón. «He vivido muchas cosas buenas con la OSCyL. Cuando vine ya sabía de su historia inmediata pero todo se superó. Cuando hay que luchar por las cosas se valoran más y se avanza con firmeza. Esta es una orquesta ambiciosa, para bien. Los músicos han crecido porque cada vez querían retos más fuertes. No tengo ninguna varita mágica, la solución a todo está en cada uno y ha venido desde dentro».

Hablar y escuchar

Varios músicos de la OSCyL estaban entre el auditorio de la rueda de prensa. Y esa es la Orquesta que le deja a Bringuier, quien desde que la conoció se quedó impresionado por «la calidad general de los músicos, por cómo se escuchan. También por el ambiente y la motivación, no sólo de la dirección artística sino de la gestión administrativa y de la política cultural». Ampliar y profundizar en el repertorio, mantener en cierta manera la 'familia' de solistas que trabajan con la OSCyL, abordar algunas piezas contemporáneas y con el tiempo, ópera, están entre las intenciones del joven galo que se estrenará como director titular en Valladolid, con 22 años.

Publicidad

Calificó a la OSCyL, de «orquesta rápida y entusiasta que no se relaja en ningún ensayo y tiene una gran habilidad para saltar de un sonido a otro en las distintas categorías que demandan los diferentes repertorios».

«Hablar y escuchar, no dar órdenes» es su manera de relacionarse con las orquestas. No quiere caer en el pecado del novato que señala su admirado Pierre Boulez. «Dice que se nota cuando un director es primerizo porque atiende más a pasar las páginas de las partituras que a los músicos».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad