Piden 7 años de cárcel por un atropello mortal y omisión de socorro en Zamora

El Ministerio Fiscal solicita una pena de cuatro años de cárcel por el delito de homicidio por imprudencia, en concurso con un delito de conducción temeraria para el acusado de atropellar a Antonio Blanco, un ciclista que circulaba por la carretera Nacional-525 (Benavente-Orense), en el término zamorano de Asturianos. Asimismo, solicita que se le impongan otros tres años de prisión por el delito de omisión de socorro, ya que, según el sumario, el conductor se dio a la fuga sin atender a la víctima y fue detenido horas después por la Guardia Civil.

El hecho ocurrió el poco antes de las nueve de la mañana del 20 de mayo del 2007. Aquel domingo, el acusado iba con su pareja a Galicia a llevar las cenizas de un allegado que había muerto hacía poco, según declaró en el juicio penal, que se desarrolló ayer en la sala de la Audiencia de Zamora. L. G. S., que reside en Madrid, conducía un Ford Orion con matrícula de Valladolid; circulaba sin carné y sin seguro, iba a una velocidad de entre 140 y 180 kilómetros por hora y la Fiscalía y la acusación creen que el vehículo era robado porque tenía hecho el puente. No obstante, el propietario no había denunciado el robo y el imputado declaró que había dado la primera señal para comprarlo a un conocido, que declaró ayer por videoconferencia.

L. G. S., que está en libertad bajo fianza tras cumplir algo más de un año de cárcel, tiene antecedentes por hechos similares: se vio implicado en una colisión también conduciendo sin carné, tras evadir un cerco policial, y se le ha detenido por conducir otros coches que no eran suyos.

Según se describe en los autos, el ciclista impactó contra el coche, salió despedido por el aire y fue proyecto a 91 metros de distancia. La víctima, que circulaba en bici con un amigo, tenía 49 años, residía en Zamora, estaba casado y era padre de dos hijas.

Metadona

A preguntas de la fiscal y de los letrados, el acusado declaró que tomaba Tranquimacil y Transilium, pero por la noche, para dormir. Aseguró que por la mañana había tomado Metasedil (metadona) porque «me estaba quitando», explicó en referencia a que estaba en proceso de desintoxicación. Sin embargo, la fiscal le recordó que los informes forenses no habían dado resultado positivos a ningún medicamento. De igual forma, el abogado de la acusación resaltó el hecho de que tampoco dio positivo en las pruebas de alcoholemia.

Según el sumario, tras atropellar al ciclista el conductor se dio a la fuga, se metió por un camino forestal e intentó ocultar el coche tapándolo con unas ramas. Él admitió el atropello, que conducía sin carné y sin seguro, pero niega que huyera. Afirmó que iba a 110-120 kilómetros por hora, que vio a los dos ciclistas a unos 500 metros y no frenó, sino que levantó el pie del acelerador. Su versión en el juicio es que se metió hacia la derecha porque venía un coche en sentido contrario, aunque no mencionó ese vehículo blanco en su primera declaración.

Relató que se dirigió a la aldea siguiente para buscar ayuda: «Para mi mujer», dijo primero, y más adelante declaró que para su mujer y para la víctima. El acusado expuso que, aunque no paró a ver el estado en que quedó el ciclista, pensó que su compañero buscaría ayuda y que se imaginó que podría estar muy mal por el fuerte impacto.

En el turno de la defensa, cuando su abogado le preguntó sus sentimiento sobre lo ocurrido afirmó que llevaba dos años tomando medicación por los nervios y, a modo de arrepentimiento añadió que sabe que una persona ha muerto y «ojalá no hubiera cogido el coche ese día». En ese momento, entre los asistentes se oyeron voces indignadas de «¡a buenas horas!».