Cuatro goles para remontar

Cuatro goles no es una gran desventaja, pero mucho tendrá que apretar el Pevafersa para no verse sorprendido por el Amicitia de Zúrich y quedar fuera de la final de la Recopa. Los de Pastor no pudieron mantener el ritmo del partido y los suizos lo aprovecharon a la perfección para obtener unas rentas que llegaron incluso a los seis goles (29-23), aunque un último arreón final dejara el partido en un 35-31 que sin lugar a dudas puede ser remontado en Huerta del Rey el próximo sábado.

De salida el Pevafersa demostró que llegaba a Zúrich con la lección bien aprendida. El 5-1 con Raúl de avanzado y Ávila y Prieto en el centro de la zaga impedía las circulaciones de los suizos y además tabapa perfectamente el juego con el pivote Loke. A los del Amicitia les costaba mucho crear ocasiones de lanzamiento. En ataque, los de Pastor también supieron de inicio contrarrestar la defensa abierta de los suizos con pases al pivote o bien penetraciones tras el consiguiente bloqueo o jugada de uno contra uno.

El ritmo del partido lo marcaba el Pevafersa y los suizos únicamente se enganchaban gracias a sus contragolpes directos en las pérdidas vallisoletanas, o bien tras las paradas de Jasikevicius, que comenzaba su particular recital.

Todo marchaba perfectamente, salvo los errores de un Tvedten en horas bajas en los últimos partidos, cuando llegó la lesión de Ávila. El leonés se retorció un tobillo y tuvo que ser sustituido temporalmente. Ello coincidió con los cambios en el equipo de Pastor y con un tiempo muerto solicitado por Kostadinovich ante la neta superioridad de los vallisoletanos en el juego y sobre todo en el marcador (9-12, min. 20).

A partir de ese momento todo cambio sobre la cancha. El Pevafersa evidenció ser un auténtico flan en defensa, tembloroso, blando y fácilmente penetrable. Además, los suizos olvidaron su defensa abierta y cerraron huecos al pivote. Ni Kivrokapic, ni Bilbija ofrecieron la solidez esperada y el equipo comenzó a disolverse como un azucarillo. Pero ya no solo en defensa. En ataque Zile y Tvedten parecen haber mellado sus otrora estiletes y se veían incapaces de superar a un soberbio Kostadinovich ni siquiera del desde el punto de penalti. En esta circunstancia y con 14-12 en el marcador, los de Pastor disfrutaron de una ocasión idílica. Una doble exclusión casi consecutiva de los suizos. El resultado de esos dos minutos en neta superioridad fue de ¡3-2! para los suizos (17-14).

Esta situación no solo aumentó la ventaja del Amicitia sino que afectó sobremanera a la confianza y solidez del conjunto vallisoletano, incapaz de superar a una defensa de cuatro hombres y nulo a la hora de frenar su ataque.

Sin reacción

El descanso (17-15) llegó como una panacea para tranquilizar, para retomar fuerzas, para recordar la táctica y los inicios de partido y para recobrar la confianza. Pero errar de salida un penalti o probar con la defensa 6-0 y encajar más goles no ayuda precisamente. Y si además el equipo vuelve a contar con otra doble superioridad y la desaprovecha (del 24-21 al 25-22) desde luego el optimismo queda relegado al ostracismo. El central Schmid campaba a sus anchas con goles en todas las posturas y posiciones, lo mismo que Basic y si no era ninguno de los dos aparecía Behrends o Loke.

Afortunadamente, el Pevafersa tiene suficiente calidad, aunque a veces le cueste demostrarlo. Mediada la segunda mitas sufrió tres exclusiones consecutivas y solo encajó un parcial de 2-1.

El tiempo muerto de Pastor (29-23, min. 48) puso las pilas a sus hombres y pese a que los errores en ataque continuaron de forma clamorosa, al menos apretaron en defensa y redujeron las diferencias, que se quedaron finalmente en cuatro goles al anotar los suizos la última acción del partido.

¡Menos mal que queda Huerta del Rey!