![«Los primeros años del colegio mayor Reyes Católicos fueron muy 'azulados'»](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/prensa/noticias/200904/19/fotos/1795605.jpg)
![«Los primeros años del colegio mayor Reyes Católicos fueron muy 'azulados'»](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/prensa/noticias/200904/19/fotos/1795605.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
FIDELA MAÑOSO
Domingo, 19 de abril 2009, 03:23
Jesús María Palomares, catedrático emérito vitalicio de la Universidad de Valladolid e investigador, acaba de publicar un libro sobre la historia del colegio mayor Reyes Católicos (1947-1965), construido con la documentación de esta institución, en el que analiza la estrecha relación entre la Universidad, el Sindicato Español Universitario (SEU) y el colegio mayor durante dos décadas y, singularmente, en el ámbito educativo que el régimen franquista otorga a todos los colegios mayores.
-¿Qué tiene de particular el colegio mayor Reyes Católicos?
-Es un colegio fundado por el Sindicato Español Universitario (SEU), que vive en tanto en cuanto existe este sindicato. Dentro del régimen franquista, el SEU no sólo aglutina a los estudiantes, ya que es una sindicación obligatoria y única, sino que tiene una labor de orientación que la lleva a cabo a través de estos colegios que funda. En el caso de Valladolid el masculino era Reyes Católicos, y el femenino, Santa María del Castillo.
-¿Y por qué le interesa en su investigación?
-Llevo tiempo trabajando en los asuntos de la Universidad y del SEU desde su nacimiento en Valladolid, que empieza en enero del 1935 -precisamente quien lo funda, junto con Onésimo y José Antonio, es Víctor Fragoso, el primer director del colegio- hasta ver cómo los estudiantes se separan del SEU, que lo dinamitan y desaparece en el año 65.
-¿Qué papel jugaron los colegios mayores durante ese tiempo?
-Jugaron un papel muy importante porque formaban una red. Son colegios de una gran entidad, con un gran apoyo del régimen, y lo que es normal es que de ellos salgan bastantes líderes. Además de una educación selecta, por la misma exigencia que tienen todos los colegiales para ingresar en ellos. Nombres como Martín Villa, Fernando Suárez y el mismo Torcuato Fernández Miranda han estado o han sido directores. En el de Valladolid salieron colegiales que fueron inmediatamente jefes provinciales del distrito del SEU y alguno que alcanza la condición de presidente de la Diputación de Asturias
-El colegio mayor Reyes Católicos acogió a estudiantes de otras regiones o provincias...
-Agrupaba a personas que no tenían domicilio en la sede universitaria y venían de fuera, fundamentalmente de Asturias, Santander y País Vasco, que acudían sobre todo a estudiar Medicina y Derecho. Uno de los primeros colegiales fue Félix Rodríguez de la Fuente, que estudiaba Medicina, y fue decano de esta residencia en el año 1947. Fue elegido por los mismo compañeros al tener una labor de mediación entre la dirección y los colegiales.
-Lo que está claro es que no eran meras residencias como ahora...
-Entonces todos los estudiantes, al matricularse en la Universidad, tenían que inscribirse en un colegio mayor, unos como residentes y otros como adscritos, y éstos tenían la posibilidad de asistir a los actos culturales, Pero a medida que avanza el tiempo se convierte en un mero trámite, porque incluso puede que ni conocieran el interior del edificio, pero había que hacerlo. Luego, la estructura universitaria estaba toda coordinada por la Ley de Ordenación Universitaria del año 1943 y eso se percibe en todos los momentos. De las tres 'marías' que había que cursar -Educación Física, Política y Religión-, la política se podía cursar directamente en el colegio, además de en la propia universidad. Era una situación de privilegio del Reyes Católicos.
-¿Qué tinte impregnaba el régimen a los residentes en el Reyes Católicos
-Está expresado en la formulación de cómo se vive el hecho religioso, con un talante nacional católico, pero también hay una faceta falangista muy manifiesta. Además, está toda la actividad cultural y deportiva, y había una disciplina muy espartana. Eran unas instituciones muy enlazadas con la Universidad, muy gobernada ideológicamente desde la jefatura nacional del SEU.
-¿Cómo valora usted esa etapa objeto de estudio?
-Hay que distinguir entre lo que deseaba el régimen o lo legal, y cómo se vivía. En el año 1956, en este colegio se planteó el problema de si debían seguir las centurias, las falanges juveniles, y se dijo que no. Pero lo cierto es que en los primeros años fueron quienes dominaron la situación, se vestían de azul, hacían guardia. Los primeros años del colegio fueron muy 'azulados'. Salvo los que eran muy adictos al régimen, los había que no se implicaban tanto.
-Se supone que no habría oportunidad para la conflictividad...
-No, incluso la que llegaba de Madrid o Barcelona apenas se la daba cancha, por el control y porque era poca gente, hablamos de una universidad de 3.000 alumnos. Además, era curioso que al ser un colegio de 90 plazas, y la mayoría la copaba Medicina, como estaban siete años, la renovación era mínima.
-Es difícil que lo entiendan los universitarios de ahora...
-Ya he dicho que les debe parecer que hablo de Atapuerca. El modo de vida era distinto y diferente. No se puede juzgar desde el presente esa situación porque era una sociedad distinta, una sociedad del racionamiento.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.