Secciones
Servicios
Destacamos
DOLORES ALONSO
Viernes, 13 de marzo 2009, 01:38
Las obras de la ronda exterior sur y del ferrocarril le habían quitado algo de encanto a uno de los paseos en bici más agradables para las mañanas de domingo: desde la ronda interior sur, por la Cañada Real hasta el canal del Duero, donde cruzaba hacia el pinar y volvía por las Arcas Reales.
En el centro de ese recorrido, entre el canal del Duero y la vía del tren, siempre me llamó la atención un edificio -el colegio seminario Sagrada Familia-, por su privilegiada situación, su identificación con el paisaje y por la actitud de acogida de los frailes que dirigen este colegio, que este año celebran los cien años de su llegada a España, donde pudieron establecerse por la generosidad de dos vallisoletanos: Juan Mambrilla y Encarnación de Prado.
El domingo volví a pasar por allí y vi que la privilegiada situación era cosa del pasado; pero comprobé que -aún sitiados por la ronda exterior, la vía del tren y la nueva variante de mercancías- los pinares, el merendero y los campos de deporte del colegio siguen acogiendo convivencias de colegios y parroquias, partidos de fútbol de clubes locales, campamentos juveniles o fiestas de casas regionales.
Esta hospitalidad ha distinguido siempre la presencia de los hermanos de la Safa en Valladolid y ha sido su forma de hacer ciudad.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.