Energía en las manos
En España prolifera el reiki, terapia energética que trata de reequilibrar los niveles físico, mental y emocional
CHEMA CARRASCO
Domingo, 8 de marzo 2009, 02:07
Todos nos hemos llevado las manos a un punto concreto del cuerpo tras darnos un golpe o al sentir cierto malestar con la intención de aliviarnos. Esta es una definición, de las de andar por casa, para tratar de explicar lo que es reiki. Esta técnica oriental surgió hace más de un siglo en Japón de la mano de Mikao Usui, que «tras años de estudio y práctica recopiló y sistematizó como técnica algo, que de algún modo, venía haciéndose hasta entonces, canalizar energía a través de distintas posiciones de manos», explica Rosa Conde, maestra de reiki.
Resulta muy clarificadora la inscripción que figura en el monolito a Usui: «si reiki puede extenderse por el mundo, va a tocar el corazón humano y la sociedad. Será de ayuda para muchas personas, no sólo para sanar la enfermedad, sino para sanar el mundo entero».
Este sistema natural de sanación ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como terapia complementaria, donde el practicante, junto con diversas técnicas, pone sus manos en diferentes posiciones del cuerpo «con el objeto de activar, restaurar y reequilibrar nuestra energía. Por ello, más que tratar síntomas específicos, propone tratar a toda la persona a nivel físico, mental y emocional», argumenta Conde.
Reiki trata de armonizar cuerpo, mente y espíritu con el objetivo «de que las personas vivan sanas y equilibradas, consigo mismo y con los demás», dice la energoterapeuta, por lo que la terapia «puede estar dirigida tanto para una persona con un problema o dolencia específica o para aquella que requiera un uso más general».
A pesar de esto último, un porcentaje muy amplio de la gente se acerca a reiki por algún tipo de disfunción, «muchos descubren después cómo no podemos realmente estar bien físicamente si no lo estamos antes a nivel mental y emocional», afirma la maestra de reiki.
Fácil de enseñar
Todo el que lo desee puede impartir esta técnica oriental. Sin embargo, es preciso haber sido iniciado en el método por un maestro cualificado que siga el linaje del fundador Usui. Esta terapia «debe de ser enseñada correctamente según las pautas originales, pues son las que realmente funcionan desde el principio» advierte Rosa Conde.
Así, antes de poder aplicar reiki a otras personas, tenemos que saber aplicarlo sobre nosotros mismos y estar realmente bien antes de ayudar a los demás, porque de lo contrario nuestra ayuda no servirá de nada. Según la maestra Conde, «el primer grado de esta terapia está indicado para aplicarlo a nosotros. Conforme se va profundizando en las enseñanzas del método, nos capacitamos más para tratar a los demás».
Como es natural, cada persona es un mundo, tanto el que da, como le que recibe energía, por ello los beneficios del reiki varían de froma considerable según el paciente, pero de forma general, se obtienen beneficios en el corto, medio y largo plazo.
Base científica
A pesar de lo que se pueda pensar, ésta no es una de esas terapias que se basa en una pseudociencia. Lo que para oriente recibe el nombre de 'chakras', en occidente son las zonas del cuerpo con una densidad muy alta de terminaciones nerviosas en las que se sitúan las glándulas principales del sistema endocrino, secretoras de hormonas, fundamentales para el desarrollo de la vida que, a su vez, están relacionadas con la respuesta del sistema inmune. Reiki trabaja sobre estos puntos.
La comunidad científica conoce que «hay una relación entre el estado de ánimo y el sistema inmune y que los estados de dolor involucran a determinadas áreas de la corteza cerebral», explica Conde, quien añade que «sabemos, porque ha sido comprobado con técnicas de neuroimagen, que reiki produce un cambio en la respuesta de estas glándulas y áreas cerebrales».
Aunque todavía se necesita mucha investigación seria en este tema, la psiconeuroinmunología ha dado avances significativos en los últimos años.
Es destacable la labor del doctor John Gruzelier, del departamento de Psicología de la Universidad Goldsmiths de Londres. En el 2002 midió la respuesta del sistema inmune de estudiantes entrenados en distintas técnicas en época de exámenes. Los resultados del grupo de control fueron peores que los del grupo de relajación, que a su vez fueron peores que los del grupo de autohipnosis que a su vez fueron peores que los del grupo de reiki. Desde entonces, Gruzelier y su equipo han proseguido con sus investigaciones con grupos de pacientes con el herpes virus, con VIH y otras enfermedades de tipo crónico.
A modo de anécdota, uno de los gérmenes de introducir reiki en la investigación fue el que se sabía, en casos puntuales, de familias practicantes que en su tercera generación vivían más, mejor y con menos enfermedades.
El camino para que el reiki fuera conocido en occidente se inicia en los setenta, cuando Hawayo Takata, una americana de origen japonés y nacida en Hawai, «a causa de su salud acaba en la clínica reiki de Chujiro Hayashi, en Japón. Tras recuperarse regresa a Hawai para dar a conocer en Estados Unidos esta técnica. Desde entonces, el legado de maestros que dejó en EE. UU. llegó a Canadá y siguió extendiéndose hasta llegar a nosotros», relata la maestra energoterapeuta.
En la actualidad, dos de los hospitales más importantes de España, El 12 de Octubre y El Ramón y Cajal, ambos en Madrid, llevan cerca de cinco años aplicando reiki a sus pacientes. Los encargados de aplicarlo son los integrantes de la Asociación de Ayuda a Enfermos Graves y Personas en Duelo (ALAIA). «Se viene atendiendo una media de 25-30 personas por semana, en Madrid. La labor de la asociación se completa con los cursos de formación para el voluntariado y el personal sanitario», comenta Rosa Conde.
Reiki todavía no ha llegado a los Centros Públicos de Salud de Castilla y León. «Sí ha habido una oferta de un gabinete neurológico privado para trabajar con pacientes y hemos iniciado contactos con personal del Nuevo Hospital Río Hortega para, poco a poco, darlo a conocer, punto en el que nos encontramos a día de hoy», afirma Conde. «Compañeros en Palencia -continúa-, van dando los mismos pasos con experiencias similares a las de Valladolid... al igual que hiciera nuestro maestro Usui un siglo atrás».
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