Alzacuellos de fe, 'chupa' de rock
El sacerdote y músico Padre Jony recorre esta semana la provincia para proclamar a los jóvenes su mensaje a favor de la justicia social y contrario al consumismo
FERNANDO ARANGUREN
Martes, 3 de febrero 2009, 01:30
Viste alzacuello y 'chupa' de cuero, luce larga melena semirrizada que cae más abajo de sus hombros desde una raya trazada justo en medio de la cabeza, habla bajo y pausado y con aterciopelado acento catalán y entrelaza los dedos de sus manos en reposada actitud, confiriendo todo ello a su figura una actitud serena y convincente. Es Joan Enric Reverté (Amposta, Tarragona, 1969), más popularmente conocido como Padre Jony, sacerdote desde 1992 que busca atraer a la juventud a los valores de la solidaridad a través de la música y que ayer inició una gira de encuentros con estudiantes de la provincia organizada por el colectivo de profesores de Religión de Segovia que preside Ana Arévalo, docente del instituto Andrés Laguna.
No va de visionario, pero entiende que el tiempo de crisis económica que convulsiona al mundo desde hace un año ha confirmado su proclama del 2005 hacia una 'Globalización alternativa', título de una de las canciones de su primer disco, 'Provocando la paz', en el que, con el rock como soporte musical entremezclado con hip-hop, gregoriano o gospel, refleja en sus letras una serie de experiencias vividas en África o Centroamérica.
«Quiero acompañar a los jóvenes con mis canciones hacia un mundo más humano y espiritual», dijo ayer en la presentación de su estancia de cinco días en la provincia, que explicó de manera sencilla: «siento la llamada de venir aquí y hacer lo que estoy haciendo: concienciar a los jóvenes sobre la necesidad de salir de esta sociedad materialista y consumista que conduce al vacío».
Fundación benéfica
Con la justicia social como sustento de su mensaje, el Padre Jony aboga por la solidaridad como punto de partida hacia un cambio de valores. De ahí que su fundación Provocando la Paz haya destinado los beneficios de sus discos a proyectos solidarios de Manos Unidas. Con los del primero apoyó la creación de un centro en Chinautla (Guatemala) destinado a sacar a niños y jóvenes de la influencia de las 'maras', los grupos delincuentes y mafiosos del país.
Su último álbum, 'El buscador', cuya promoción afronta en la actualidad, servirá sacar de la depresión y la miseria a 550 jóvenes madres solteras de Makeni y Kamakwei (Sierra Leona) que fueron reclutadas como soldados y luego como esclavas sexuales durante la cruenta guerra de aquel país.
Ni se siente una extravagancia tolerable por la jerarquía católica -su presentación contó con la bienvenida del secretario de Educación Religiosa de la diócesis, Juan Santos- ni ve conflicto entre su vocación hacia los más desfavorecidos y la connivente Iglesia de los poderosos. «Lo que me motiva es el mensaje de Jesucristo, que está abierto a muchos compromisos. Yo denuncio, pero sin juzgar a los demás. Y si puedo decir las cosas claras las digo desde la humildad con la única voluntad de mover a la fraternidad», explicó.
El Padre Jony cree que la crisis puede aportar una «escala de valores diferente, de tal forma que la gente se replantee que no todo son los bienes materiales», ni siquiera a la hora de ser solidario. «Hay otras formas de dar hasta que duele; tiempo, por ejemplo», dice, y no sólo hacia el exterior. «También hay que mirar en la familia, los vecinos, el barrio y la ciudad, en lo que tenemos más cerca», añade en el discurso que dirige a los jóvenes, en la confianza de que se impliquen en acciones justas y solidarias. «Cada gesto de reacción, ya sea organizando un mercadillo o apuntándose como voluntarios, es de oro», concluye.
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