CÉSAR BLANCO
Martes, 30 de diciembre 2008, 02:24
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Las cuentas cuadran. El padrón, como el algodón del anuncio, no engaña; y su análisis numérico deja una conclusión prácticamente inapelable y matemática: el creciente empadronamiento de ciudadanos extranjeros justifica casi al milímetro el estirón demográfico segoviano, según revelan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 1 de enero del 2008 aprobados por el Consejo de Ministros.
Segovia es la provincia de la región, en términos relativos, que más población gana, una circunstancia que empieza a dejar de ser noticia. Los números indican que su censo ha aumentado el 2,8% con respecto al año pasado. De esta forma se convierte en la locomotora que lidera el tren del crecimiento generalizado registrado en Castilla y León.
La comunidad ha marcado en este último ejercicio el mayor incremento de los últimos diez años en su número de habitantes, con un alza del 1,1% en términos relativos y de 28.913 personas en cifras absolutas. Todos los territorios, salvo Zamora, han visto cómo sus padrones son más abultados.
Este aumento lo ejemplifica y magnifica el caso segoviano. La población que habita en la provincia roza ya los 164.000 habitantes (163.899 según la información del INE hecha pública ayer). Este dato supone que en el territorio segoviano hay empadronadas 4.577 personas más que en el ejercicio anterior. El incremento es el mayor del último decenio, una subida que ha disparado una demografía provincial que año tras año venía registrando un progresivo crecimiento y que en este último periodo de análisis ha dado un gran estirón si se comparan las subidas poblacionales en campañas anteriores. Segovia no había rebasado la barrera de incrementos superiores al 2%, y ahora lo ha hecho.
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En lo que respecta a los términos absolutos, la mayor subida experimentada en el padrón segoviano en los últimos tiempos databa del 2005, con 2.877 ciudadanos inscritos a mayores frente al año anterior. Sin embargo, este registro se ha visto vulperizado por los casi cinco mil residentes más que contabiliza la provincia en este año y con los que se queda a tiro de piedra para superar en breve la barrera de los 164.000 habitantes.
El ritmo de crecimiento en la población segoviana se ha acelerado de forma notable. Si hay que buscar razones, éstas se pueden encontrar en las calles de la capital y de los pueblos, donde la multiculturalidad cada vez está más presente. La avalancha de inmigrantes que han llegado a tierras de Segovia en busca de un futuro mejor que el que les deparaban sus países de origen se ha dejado notar en el último trienio. Esos ciudadanos han echado raíces y de manera paulatina han ido inscribiéndose en los padrones.
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Esta fotografía de la vida cotidiana tiene su traducción en las cifras que aporta el Instituto Nacional de Estadística. El número total de residentes en Segovia ha aumentado en 4.577 personas en un año. Pues bien, la comunidad extranjera censada en la provincia se ha disparado en el mismo periodo de tiempo en 4.634 ciudadanos. La similitud entre ambas cifras demuestra la íntima relación existente entre el estirón demográfico de Segovia y el aumento de la población foránea. Se puede decir que el padrón de la provincia crece al ritmo que marca la llegada de inmigrantes.
El colectivo foráneo empadronado en tierras segovianas ha pasado en un tan sólo año de 15.729 unidades a 20.363, lo que representa un incremento que acaricia el 30%, según se extrae de los datos del INE. Los guarismos no son más que el reflejo del progresivo asentamiento de extranjeros. Las comunidades búlgara, marroquí, polaca y rumana son las más numerosas, y entre las cuatro representan dos terceras partes de la población inmigrante residente en la provincia.
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Focos de aumento
Otro aspecto a analizar es dónde se localizan los mayores incrementos censales. Éstos se producen en muchos municipios del alfoz segoviano, como Palazuelos de Eresma, donde se han registrado en un año 325 vecinos más, u Hontanares de Eresma, que en doce meses ha disparado su censo casi un 35%. También son los casos de Trescasas, Espirdo, Valverde del Majano y, todavía en mayor medida, de La Lastrilla, que supera ya el listón de los 3.000 habitantes.
Cuéllar se mantiene como el municipio, después de la capital, más poblado; aunque se le acerca vertiginosamente El Espinar, favorecido por su cercanía a Madrid. Es lo que ocurre con otras localidades que han aprovechado esta proximidad para su desarrollo demográfico y urbanístico. Es destacable el caso de Ituero y Lama, que en apenas un año casi ha duplicado su vecindad.
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