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Aparcamiento y agobio
EN ESTA ORILLA

Aparcamiento y agobio

DOLORES ALONSO

Viernes, 19 de diciembre 2008, 01:46

Una de las pocas desventajas de haber cambiado el coche por la bici es comprobar, cuando las inclemencias del tiempo impiden circular a pedales, que hemos olvidado las estrategias básicas del urbanita motorizado y que no podemos atar el coche a una farola al llegar a nuestro destino. Si a esto le sumamos que en enero nos quitan las islas de esperanza que suponían determinadas calles para dejar el vehículo, incluso a cuarto de hora del trabajo, se comprende que a muchísimos vecinos de los barrios -y sufridos currantes del alfoz- se les hayan avinagrado las vísperas de Navidad. No es que dudemos de la buena intención de los ediles -amplían la ORA por nuestro bien, dicen-; es que al agobio de pensar cómo nos la maravillaremos para llegar puntuales al curre (después de llevar a los hijos a Madrugadores y sin dejar medio sueldo en aparcamientos) se suma la pedorreta de encontrar en el buzón un anuncio de empresas que se ofrecen -por un módico precio- a vigilar por nosotros el Boletín de la Provincia, no vaya a ser que una multa que «nos notificaron» a un domicilio de hace veinte años culmine con el embargo de esa parte del sueldo con la que pensábamos comprar un abrigo calentito para estas heladas. Mientras tecleo, flexiono suavemente las rodillas. Ninguna artrosis malvada me bajará de la bici.

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