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MARÍA AURORA VILORIA MERCEDES RODRÍGUEZ
Jueves, 20 de noviembre 2008, 02:22
Fernando Cayo (Valladolid, 1968) es el Príncipe Juan Carlos en '20 N: los últimos días de Franco', la película rodada para televisión ('TV movie') que hoy emite Antena 3 y que narra el agónico último mes y medio de la vida del generalísimo. Dirigida por Roberto Bodegas, la cinta está construida a través del punto de vista de distintas personas cercanas a la figura del caudillo, la familia y el equipo médico que le atendió. Participan también Vicky Peña ('Un paso adelante', 'Manolito gafotas') en el papel de Carmen Polo, y Voro Tarazona que da vida a Arias Navarro. Para el intérprete de cine, teatro y televisión -'El orfanato', 'La señora', donde hará de Buenaventura Durruti en la segunda temporada-, que actualmente se convierte en Segismundo sobre el escenario, éste no ha sido un papel más, sino uno muy especial para el que se ha preparado a conciencia.
-¿Ha sido muy difícil interpretar al Rey cuando todavía era príncipe?
-Ha supuesto un reto tremendo y muy complicado porque no se trata de hacer una copia del original sino de interpretar a un personaje, lo que es una gran responsabilidad y hay que hilar muy fino.
-¿Cómo se ha preparado para ello?
-He hecho una preparación exhaustiva y un largo trabajo de investigación. He leído libros, revistas y periódicos y he visto cientos de fotografías y filmaciones. Además, ha seleccionado imágenes del material audiovisual para contemplarlas más detenidamente, porque no queríamos crear un ser mimético sino acercarnos a la persona, a alguien que tuviera el perfume del príncipe.
-¿Dónde ha tenido el mayor problema?
-Lo más difícil de todo ha sido mantener tu paso en distintas secuencias, ya que no se ha rodado todo seguido. Sin embargo, he tenido la ayuda de Roberto Bodegas, un veterano y gran director.
-¿Y está contento con el resultado?
-No he visto la película, sólo los mismos 'trailers' que los espectadores, porque aunque se ha rodado en cine se ha grabado como las series de televisión sin tiempo para revisar las tomas. Así que será una sorpresa, aunque el guionista, Antonio Onetti, me dijo que le había gustado mucho.
-¿Le interesa la opinión del Rey?
-Claro, desearía que le gustase, y también a los espectadores.
-¿Cómo cree que era entonces?
-Le he visto como un rebelde. Me recuerda mucho al príncipe Segismundo de 'La vida es sueño', la obra que estoy interpretando. Basta ver su cara en la última salida de Franco a la Plaza de Oriente para comprender que estaba solo y acosado por quienes querían que nada cambiase y los que deseaban cambiarlo todo y muy deprisa. Sin embargo, supo mantenerse firme.
-Usted era entonces un niño pequeño, ¿recuerda algo de aquella época?
-Recuerdo que nos pusieron una redacción en el colegio y que fue tremendo.
ManuelAlexandre interpreta el papel del dictador en '20 N: los últimos días de Franco', Para el actor nonagenario de 91 años, con más de 300 películas a sus espaldas y otros tantos programas de televisión, entre ellos la serie 'Los ladrones van a la oficina', este es un trabajo más. No le interesa hablar de política, no ve la televisión y nutre los días leyendo y acudiendo a las tertulias del Café Gijón, con su amigo Álvaro de Luna.
-¿Cómo se ha sentido en la piel de Francisco Franco?
-Bien, me lo aprendo, hago lo que me dice el director y listo.
-¿Qué recuerda de Franco?
- Muy poco poque nunca he estado muy intersado en la política. Como era el gobernante, pues había que hacer lo que mandaba, y nada más.
-¿Cómo se vivía con Franco?
-Cuando tenía trabajo y ganaba dinero, muy bien. Y cuando estaba parado, jodido.
-¿Usted tendría 17 años cuando se proclamó la República ¿Qué recuerda?
-Nada, que había jaelo en la calle y esas cosas.
-Nunca le interesó la política, entonces.
-En absoluto, sigo con el mismo rechazo al política. ¿Qué hay una diferencia entre una dictadura y una democracia? Naturalmente, pero para mí no es esencial. Lo es para quienes viven de eso.
-¿A los 91 años sigue trabajando por amor a su profesión?
-No, no, por amor al dinero. Pero me gusta trabajar en lo mío.
-Después de 300 películas, se supone que debería tener usted ya un retiro desahogado
-Desahogado no porque he hecho muy pocas películas de protagonista, sólo las dos o tres últimas. Si hubiera empezado con primeros papeles tendría una mayor comodidad. Pero así tengo que hacer todo lo que me sale.
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