Vista del castillo de Fuensaldaña con la torre de la iglesia parroquial. / RAMÓN GÓMEZ
VALLADOLID

Con 'f' de fortaleza

El castillo de Fuensaldaña es el símbolo de un pueblo testigo de hechos históricos relevantes

EDUARDO RODRÍGUEZ

Sábado, 4 de octubre 2008, 03:34

Publicidad

Fuensaldaña es mucho más que el municipio que acogió durante veinticuatro años la sede de las Cortes de Castilla y León, aunque evidentemente este hecho contemporáneo le ha servido para ganar protagonismo no sólo dentro de la provincia sino también en el panorama regional y nacional. Ahora, desencadenado de la relación que le mantenía atado a la vibrante actividad de la política autonómica, la localidad de 1.316 habitantes censados vive momentos de tranquilidad, creciendo lentamente sin perder la esencia de pueblo pero apostando por la calidad de vida como mejor arma para combatir el futuro.

Hablar de la historia de Fuensaldaña es hacerlo originalmente de un asentamiento Vacceo. Fue poblado con el mito endovellico, formación guerrera que, no obstante, favorecía asentamientos agrícolas, principalmente de carácter vitivinícola.

'Fuent Saldania'

Ya en el siglo XII, en la entonces llamada 'Fuent Saldania' empezó a construirse su primer castillo. Siglos más tarde, bajo el reinado del monarca Felipe II, éste nombrará como primer Conde de Fuensaldaña a Juan Vivero por los servicios prestados en Flandes, y precisamente fue entonces cuando se inició la construcción de la fortaleza actual, que se concluiría cien años después y que volvió a adquirir una notable relevancia en el siglo XX con su designación como sede del Gobierno autonómico.

Tan cómodo y seguro debía resultar el castillo de Fuensaldaña que los propios Reyes Católicos pernoctaron en más de una ocasión entre sus piedras e, incluso, pasaron parte de su luna de miel en él. El castillo que inspirase a Zorrilla algunos de sus romances protagonizó, además, un importante episodio en la Guerra de las Comunidades, pues parte de la tropa derrotada en Villalar se había fortificado meses atrás en este baluarte que pretendía servir a la defensa de la capital vallisoletana de cualquier agresión procedente del norte.

Publicidad

Fuerte y robusto

Pasaron más de cuatrocientos años y ahí seguía el castillo, fuerte y robusto como siempre. La implantación en España del llamado régimen de las autonomías, provocó que las Cortes de Castilla y León decidieran en Tordesillas en 1979 albergar en este castillo al poder legislativo de la comunidad autónoma, aunque con carácter provisional. Al aprobarse la Ley de Sedes en diciembre de 1987 se decidió continuar con la provisionalidad hasta que en el 2007 abrió sus puertas la nueva y moderna sede de Las Cortes de la avenida de Salamanca de la capital.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad