El concierto de Juan Luis Guerra concentró a 30.000 personas en la Plaza Mayor

Si hace unos años los triunfadores fueron El Canto del Loco o La Oreja de Van Gogh, el recuerdo de este año será -podemos hacer apuestas- para Juan Luis Guerra, campeón de las cifras en la Plaza Mayor. Es cierto que su voz debería haber sonado mejor, pero el montaje que acercó al corazón de la ciudad fue espectacular, propio de un concierto de pago, pero sin que hubiera que pasar por taquilla. De haber sido así, seguramente la afluencia habría sido mucho menor.

Eso de los conciertos 'pay per view' han entrado en un complicado círculo vicioso. Cabría esperar un mayor tirón de Calamaro y Estopa, aunque Amaral consiguió mantener el tipo en la plaza de toros. También llenó el Dúo Dinámico en San Benito y nos quedamos con las ganas de ver lo que conseguía Pitingo, única baja del cartel musical por «razones médicas».

¿Y en la Plaza Mayor?El cartel inicial ofrecía, con los nombres en la mano, menos fuelle que en años anteriores. De OperaciónTriunfo queda el recuerdo de la lluvia y un pésimo sonido, Bustamante destacó por su entrega y Tequila aportó la única pieza rock de todo el catálogo. Hay voces -se han podido leer en nortecastilla.es- que reclaman mayor variedad de registros. Esa variedad es la que explica la presencia de El Consorcio, un concierto necesario por dirigirse a un tipo de público (se demostró que nada minoritario). Dover apuntó a la música 'dance' y Shaila Dúrcal a la ranchera y la balada. Las propuestas musicales se cerraron, un año más, con la presencia de grupos locales, iniciativa que no cuenta con el respaldo de un público mayoritario.

Con independencia de los grupos y de la afluencia, hay una cuestión. ¿Hay que mantener el horario de los conciertos a las 23.00 horas? Quizá es un poco tardío, pero la situación se vuelve más complicada cuando hay teloneros de por medio. Quizá estos deberían salir antes para no retrasar en exceso la actuación principal. Una propuesta.