FELIPE MOLINERO RODRÍGUEZ
Sábado, 13 de septiembre 2008, 04:03
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LOS restos de la reina de Navarra permanecen en la Capilla Mayor de la iglesia parroquial de esta villa, a pesar de las informaciones aparecidas estos días que pudieran sembrar dudas, y que se repiten cada cierto tiempo, no sé con que motivos ocultos. Desde 1994 año del descubrimiento, hasta 1997, año de su inhumación después de las polémicas pruebas del ADN, han sido innumerables los artículos escritos sobre este asunto, más de una decena por este autor que suscribe. Pienso que estos "restos regios" se merecen un descanso eterno, aunque ya vaticiné que no tardando mucho saldría la polémica nuevamente. No me equivocaba.
Quisiera poner de manifiesto mis argumentaciones. En primer lugar, los datos históricos confirman que los restos de Blanca de Navarra fueron depositados en la Capilla Mayor de la iglesia de Santa María la Real de Nieva después de su fallecimiento, hecho ocurrido el primero de abril de 1441. Así lo afirman Zurita, Cronista de Aragón; el Padre Mariana en su 'Historia General de España'; Garibay en su 'Compendio Historial de España'; Pedro Fernández de Monjaraz en su historia sobre esta villa, y el Padre Yuramí, dominico del convento en su Manuscrito sobre la historia de Santa María. También la 'tradición oral' ha mantenido esta historia. Todos coinciden en que fue enterrada en la capilla mayor, de patronato regio, estando presentes en las exequias su esposo Juan II, rey de Navarra, los reyes de Castilla, y la reina de Portugal. Cierto es que la reina Blanca de Navarra había dejado en su testamento que fuera trasladada a Navarra, pero esto nunca se realizó, pues su esposo Juan II olvidó pronto a su difunta esposa, no cumpliendo el testamento. El Príncipe de Viana murió joven, su hermana Blanca fue asesinada según una leyenda por su propia hermana Leonor, y ésta última no pudo llevarse los restos de su madre. ¿Por qué? No lo sabemos, y tampoco hay documentos que lo prueben.
La reina es sepultada en la capilla real, ya que los reyes Enrique III y Catalina de Lancaster se habían reservado el patronato regio al ser sus fundadores, y ningún religioso o seglar podía enterrarse allí sin permiso de los reyes regentes en su momento. Hay una excepción a esto: será enterrado el pastor al que se apareció la Virgen de la Soterraña en 1392, Pedro Amador, considerado como beato (Gil González de Ávila en su historia sobre Enrique III). Los restos de la reina Blanca aparecen en el lugar indicado por los historiadores: junto a las gradas del altar mayor, en un arco gótico, con las estrellas blancas pintadas en una bóveda de azul, como ya argumentamos en varios artículos en su día.
En segundo lugar, el profesor Reverte Coma hizo un estudio de los restos y las pruebas del ADN se realizaron en lugares diferentes, concluyendo que esos restos pertenecen a una mujer de 56 años, y añade una serie de detalles sobre las dolencias y enfermedades que padecía Blanca. Ya en el primer encuentro en la villa con los restos de la reina, en los que estuve presente, los razonamientos de Reverte Coma fueron clarividentes. Creo que los documentos históricos prueban estos hechos, y no se pueden tirar por tierra sin dar nuevos argumentos.
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En tercer lugar, desde un principio se dudó de las pruebas del ADN, no porque los restos de la reina Blanca no fueran estos, sino porque los restos del Príncipe Carlos en el monasterio de Poblet ofrecían muchas dudas, ya que ese monasterio ha sufrido varios actos vandálicos y profanaciones de tumbas a lo largo de la historia, sobre todo, durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil Española.
Blanca de Navarra nació en 1385. Era hija de Carlos III el Noble, y en 1402 casó con don Martín, rey de Sicilia. Al quedar viuda estuvo en el trono entre 1409 y 1415. Posteriormente contrajo segundas nupcias con Juan II de Aragón (1420). Al morir su padre, Carlos III, Blanca es coronada reina de Navarra en 1425. De este matrimonio nacen tres hijos: Carlos, el Príncipe de Viana; Blanca, que casaría con Enrique IV de Castilla y sería repudiada posteriormente; y Leonor que casó con el conde Gastón de Foix y llegaría a ser reina de Navarra.
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La muerte de Blanca de Navarra se produce el primero de abril de 1441, cuando había venido a esta villa después de acudir en romería al monasterio de Guadalupe, y queriendo visitar este monasterio y a la virgen de la Soterraña que por entonces tenía enorme fama y devoción por los muchos portentos que hacía desde que en 1392 se apareciera al pastor Pedro Amador, se fundara una iglesia en su honor, y desde 1399 estuvieran rigiendo los destinos de este santuario los dominicos, que construyeron un monasterio importante.
Ciertamente la noticia del descubrimiento de los restos de Blanca de Navarra en octubre de 1994 trajo consigo numerosas opiniones, muchas de ellas enfrentadas, y múltiples artículos de periódicos segovianos, navarros y otros de ámbito nacional. Cuando salen los restos de la villa para hacerse las pruebas del ADN levantó tensiones, sobre todo, entre los vecinos de la localidad que deseaban que los restos permanecieran en la localidad, su lugar original donde habían permanecido más de cinco siglos, alguno de estos siglos semiocultos por no se sabe qué razón. Mi última pregunta: ¿Podrá descansar en paz de una vez esta reina?
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