De paseo por la calzada romana de la Fuenfría
Se trata del camino que unía Madrid con Segovia desde el siglo III de la era cristiana
EL NORTE
Lunes, 18 de agosto 2008, 03:38
El Valle de la Fuenfría alberga un paso natural que ha sido usado desde siempre para ir desde Segovia hasta Madrid. Los primeros que lo usaron fueron los romanos que han dejado en Cercedilla una calzada romana que ahora está recuperando la Comunidad de Madrid.
En realidad, tres caminos discurren por Cercedilla: la calzada romana, del siglo III; el camino viejo de Segovia, que data de la Alta Edad Media, y el camino borbónico, usado por los Borbones en el siglo XVIII para ir a La Granja de San Ildefonso.
Precisamente, la Comunidad de Madrid está trabajando actualmente para recuperar la calzada romana que discurre entre el Puerto de La Fuenfría y Cercedilla. Según indican los arqueólogos encargados de los trabajos, éstos consisten en dejar practicable el camino, limpiándolo y efectuando labores de desbroce. Sin embargo, no se va a excavar ni reconstruir.
Visitable el año que viene
Esta calzada, que data de época de los emperadores Maximino y Máximo, será visitable a partir del año que viene. Las labores en enmarcan en el Plan de Yacimientos Visitables de la Comunidad de Madrid, para poner de manifiesto la riqueza arqueológica y paleontológica de la región, según la viceconsejería de Cultura y Turismo de la región madrileña.
El camino romano forma parte de la llamada Vía XXIV del Itinerario de Antonino, que va desde Segovia hasta Titulcia. En concreto, el tramo de Cercedilla comprende diez kilómetros y medio. Este tramo es continuación del que ya es visitable en Galapagar. Asimismo, se realizan trabajos en un tramo en Collado Mediano, según la dirección general de Patrimonio Histórico de Madrid.
En un primer momento, lo que se conoce como camino borbónico se pensaba que pertenecía a la calzada romana, pero en realidad es un camino que se hace cuando Felipe V, que está enlosado y que tiene mucha más pendiente, un 27 por ciento. Dicho camino borbónico discurre paralelo a unos 100 metros de la calzada romana que ahora se está recuperando.
En el 2006, las investigaciones desarrolladas dieron con la verdadera calzada romana. Se trata de un trazado que no es el típico de adoquines. Está elaborado con piedras y tierra. A ambos lados de la vía había un muro con rocas y una cuneta que servía para librar el camino de una posible inundación ya que el agua de la lluvia y del hielo se desviaba hacia un arroyo.
Además, tiene poca pendiente, un diez por ciento, y está más protegido del viento. Como señalan los arqueólogos, el trazado responde más a la lógica de la ingeniería romana.
Al término de las obras de acondicionamiento, en el verano de 2009 y a través de unos paneles informativos, se podrán conocer más a fondo los tres caminos que discurren por el Valle de la Fuenfría.
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