«Siempre hay que empezar a vestirse por los pies»
RAQUEL MARTÍNEZ
Lunes, 10 de marzo 2008, 11:27
En unos momentos en los que los artículos se producen en serie, el trabajo de los zapateros artesanos se valora aún más, máxime cuando son pocos los que se siguen dedicando a un oficio, en muchas ocasiones, de escasa rentabilidad. Pedro Lozano es un artesano palentino del calzado que aprendió el oficio de su padre cuando tan sólo tenía 11 años y que, tres años después, realizó sus primeros zapatos de encargo. Algunas de sus creaciones más especiales, entre las que se encuentran una muestra de zapatos ortopédicos, botos camperos y zapatos en miniatura, forman parte de una exposición que permanecerá abierta hasta el 23 de marzo en la sala que Caja España tiene en la calle Don Sancho.
-¿A qué cliente destaca de todos los que ha calzado?
-He tenido clientes procedentes de muchos lugares, entre los que destacan varios artistas y toreros. He fabricado botos para muchas cuadrillas, como la del torero Dámaso González, y también para Marcos de Celis, al que le hice los botines con los que se casó.
-¿Cuál ha sido el trabajo más difícil que le han encargado?
-He hecho zapatos de una sola pieza que son muy laboriosos, pero para mí lo más difícil es la ortopedia. Una vez vino a mi taller una chica joven que tenía los pies destrozados y que estaba un poco desesperada porque le habían diseñado una decena de pares de zapatos en varios talleres artesanos del país y con ninguno de ellos había vuelto a caminar. Un catedrático de ortopedia de Madrid le habló de mí y ella se decidió a venir. Finalmente, y tras doce pruebas -algo que no había tenido que hacer nunca antes-, conseguí hacerle unos zapatos con los que logró que volviera a caminar y abandonara la silla de ruedas.
-¿Ha regalado algún par de zapatos especial?
-En 1998 me nombraron Artesano de Honor de la Comunidad Valenciana y por entonces los zapateros valencianos pensaron en hacer unos botos camperos a Froilán, el primer nieto del Rey. Yo estaba preparado para hacérselos, pero al final no salió adelante el proyecto.
-¿Qué zapato le regalaría a Zapatero y cuál a Rajoy?
-No sé, tiene que ser a su gusto. A lo mejor estos dos políticos son muy normales a la hora de utilizar calzado, mientras que otras personas prefieren irse a comprar unos zapatos a Nueva York, donde llegan a cobrar casi 3.000 euros por cada par. Si tuviese cuarenta años menos, me iría a trabajar allí.
-¿Los zapatos dicen mucho de las personas que los calzan?
-Los zapatos son uno de los objetos más vistosos. Primero hay que comprarse los zapatos y después el traje. El calzado viste mucho. Puedes ir con un traje normal y unos zapatos buenos, y no pasa nada, pero vestir un buen traje y unos malos zapatos es lo peor.
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