E. P.
Sábado, 1 de marzo 2008, 01:40
Una de las mayores ilusiones del alcalde de Castromocho y de todos los vecinos es la recuperación de la fábrica de harinas abandonada que resiste en pie, cada vez más a duras penas, en las afueras del pueblo, junto a la carretera que le comunica con Capillas. Sin embargo, las dificultades son bastante considerables debido a la cuantiosa cantidad económica -55 millones de las antiguas pesetas- que piden los propietarios de la harinera al Ayuntamiento para que las tres hectáreas de superficie de esta industria del pasado pasen a manos públicas.
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Evidentemente, el Consistorio castromochino no puede llegar a esa cifra, por lo que el proyecto de convertir estas dependencias en Museo de la Harina es complejo. Las instituciones, tanto la Diputación como la Junta, se volcarían con el proyecto, pero no conceden ayudas destinadas a compras de inmuebles. Por ello, para el Consistorio cualquier aportación sería bien recibida.
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