Los 23 acusados en la sala de vistas de la Audiencia de Cantabria, durante el juicio. / ANDRÉS FERNÁNDEZ
PALENCIA

La 'Operación Anaconda' se salda con la condena de 17 de los 23 acusados

Siete de los condenados podrán cumplir la sentencia en un centro especializado

C. DE LA PEÑA

Miércoles, 30 de enero 2008, 01:12

La 'Operación Anaconda', una espectacular intervención policial iniciada en febrero del 2003 en Aguilar de Campoo, que se saldó con la intervención de 4,5 kilos de cocaína y 10,5 de hachís y el procesamiento de 23 personas, se cerró ayer judicialmente, al menos provisionalmente -la sentencia no es firme-, con la condena de 17 de los encausados a un total de 70 años de prisión y multas superiores a los 400.000 euros. Los otros seis imputados han sido absueltos. Uno de ellos, porque el fiscal retiró la acusación en el juicio, y el resto porque la Sección Primera de la Audiencia de Cantabria no ha encontrado pruebas de que participaran ni realizaran venta y distribución de drogas.

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Siete de los condenados a penas que no superan los cinco años y que son toxicómanos, circunstancia atenuante de su responsabilidad, podrán verse beneficiados de la suspensión de la ejecución de la sentencia para someterse a un tratamiento de desintoxicación en un centro especializado, por lo que no llegarían a ingresar en prisión.

De los 17 reos, sólo dos, los considerados cabecillas de la red, Néstor G. G. y Manuel V. F., han sido condenados a penas de 10 años. Las condenas fijadas para el resto oscilan entre los dos y los cinco años de cárcel.

El juicio, que se inició el pasado 7 de noviembre, comenzó con una importante petición de penas para los imputados por parte del fiscal -un total de 147 años de cárcel-, pero en su informe definitivo la acusación pública introdujo una rebaja sustancial de penas (98 años), al considerar de aplicación la atenuante de drogadicción.

La denominada 'Operación Anaconda' se inició en febrero del 2003, cuando el Grupo de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria investigó a un joven con un alto poder adquisitivo que vivía a caballo entre Aguilar de Campoo y Santander sin otra ocupación conocida que la venta de drogas en la provincia palentina. Identificado como Néstor G. G., fue sometido a una estrecha vigilancia, que dio lugar al desmantelamiento de la banda catorce meses después.

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Según informó entonces la Jefatura Superior de Policía, con esta operación se cerraba una de las principales fuentes de droga de las que se abastecía la zona sur de Cantabria. La espectacular intervención policial fue ejecutada en Aguilar, donde funcionarios de ese departamento incautaron 4,5 kilos de cocaína y 10,5 de hachís y detuvieron inicialmente a 15 personas presuntamente relacionadas con la trama, estabilizada en la provincia de Palencia pero operativa también en Cantabria.

Según declara probado la sentencia, uno de los principales responsables de la red, Néstor G. G., de 31 años, alias 'Bodoque', se ocupaba al menos desde enero del 2003 tanto de la adquisición de la droga como de su distribución junto a los otros condenados. Durante el juicio, Néstor trató de llevar al ánimo del tribunal que era un gran consumidor de drogas -«por desgracia, todos somos muy viciosos», llegó a declarar-. Pero, la Sala no le ha creído. Su suministrador era Manuel V. F., en tanto que Borja P. H., Marcos R. F., Juan Carlos A. V., Víctor Manuel G. S., José A. G., Carlos Javier L. G., José Manuel H. L., Navil K. Y. y su hermano Marouane y Miguel O. G. se ocupaban de distribuir la mercancía por diversas localidades de Cantabria y Palencia. Asimismo, Vanesa G. A. custodiaba la droga y el dinero a su novio Marouane; Jesús Manuel G. B. a Néstor, y los demás condenados, Francisco Javier C. V. y Francisco Luis L. O., suministraban también droga a los cabecillas.

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