Otra vez sobre el laísmo
MARÍA ÁNGELES SASTRE
Sábado, 12 de enero 2008, 01:32
SEGURO que a muchos de ustedes no les suenan mal enunciados como 'Dila a tu madre que llamaré más tarde', 'A mi hermana la mando un correo electrónico casi todos los días', 'A las personas hay que darlas afecto', 'A esta bici tienes que cambiarla las llantas', 'A Ana la gustan mucho los higos' o 'A tu hija la pasa algo'.
Si alguien les llama la atención sobre este tipo de construcciones o les dice que no son correctas, tal vez se pregunten que por qué están mal dichas. Son construcciones en las que la forma del pronombre personal utilizada (la, las) diverge de los usos pronominales considerados como canónicos.
Este fenómeno se conoce como laísmo y consiste en utilizar la forma la o las en lugar de le o les. Afecta, por tanto, a los pronombres personales átonos femeninos de tercera persona (de singular y de plural) cuando desempeñan funciones sintácticas de objeto indirecto.
El uso recto (o canónico) de las formas pronominales átonas establece que para la función de objeto indirecto ha de emplearse le y les tanto para los referentes masculinos como para los femeninos, aunque el uso no siempre lo mantiene. Este fenómeno se registra en Madrid y en algunas de las provincias que constituían la antigua región de Castilla la Vieja (Santander, Burgos, zona occidental de Soria, Segovia, Ávila y Valladolid), no solo en el nivel subestándar (no culto), sino también en hablantes cultos. Alarcos Llorach, en su 'Gramática de la lengua española' (1994) señala que «caracteriza la lengua de autores de la Castilla duriense» y que «quien practica el laísmo es a la vez leísta».
En esta amplia zona peninsular los hablantes emplean para el objeto indirecto le/les para referentes masculinos y la/las para referentes femeninos (que son las formas canónicas para la función de objeto directo), según queda reflejado en los seis ejemplos del principio. Es más frecuente en singular que en plural y sobre todo en la mención de personas.
Hay que señalar que el laísmo no está admitido por la RAE -que prefiere el sistema etimológico, lo(s) y la(s) para el objeto directo y le(s) para el indirecto-, por lo que estos enunciados son incorrectos. Hay que decir, pues, 'Dile a tu madre que llamaré más tarde', 'A mi hermana le mando un correo electrónico casi todos los días', 'A las personas hay que darles afecto', 'A esta bici tienes que cambiarle las llantas', 'A Ana le gustan mucho los higos' o 'A tu hija le pasa algo'.
De todos modos, incluso en zonas no leístas ni laístas podemos detectar vacilaciones en el uso de los pronombres personales átonos de tercera persona. En la mayoría de los casos estas vacilaciones tienen que ver con que los hablantes no distinguen nítidamente las funciones de objeto directo y de objeto indirecto con algunos verbos.
Dado que el uso de la(s) por le(s) no es válido desde el punto de vista normativo, lo recomendable es corregirlo, al menos en situaciones formales de oralidad y en la producción escrita. Pero resulta muy difícil (por no decir imposible) si no se tiene clara la diferencia entre las funciones sintácticas de complemento directo y de complemento indirecto.
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