«Al concursante le preocupa hacer el ridículo»

No es millonario pero como si lo pareciera. Carlos Sobera (Baracaldo, 1960) regresa el próximo sábado 12 de enero al frente de '¿Quién quiere ser millonario?', el concurso referente de Antena 3 y con el que el presentador ha alcanzado su mayor popularidad. Sobera, un clásico en estas lides, fracasó en su intento de asentar otro concurso, 'Jeopardy', y ahora vuelve a la que considera su casa pero, en un horario «muy complicado», ya que «nuestro público no suele ver la tele los fines de semana». Con todo, parece que el éxito lo tiene asegurado.

-Poco han durado las vacaciones del concurso, ¿sólo tres meses!

-Es un formato que responde a la cadena y que al público le gusta. Una apuesta sobre seguro. Tiene una estructura muy participativa que permite que la audiencia juegue desde el sofá de casa.

-O sea, que con 'El millonario' el éxito está asegurado.

-Uno siempre se mueve, más o menos, con la misma confianza y tranquilidad, lo que pasa es que unos formatos funcionan de maravilla y otros no. Con el programa 'El millonario' he hecho más de 1.100 entregas. Ya me encuentro como en el salón de mi casa.

-Con esta muestra ¿podría valorar el nivel cultural de los españoles?

-No estoy muy seguro de que el concurso sea un barómetro muy eficaz; lo que sí creo es que el nivel de los participantes es muy bueno. Del uno al diez les pondría un notable.

-Usted es un tipo tranquilo y serio que trasmite tranquilidad. ¿Es esa su intención?

-Esa es mi intención..., a veces. Tranquilidad y confianza con respecto a una cosa básica que a ellos les suele preocupar: no hacer el ridículo. Luego ya saben que soy vacilón y siempre me gusta romper el hielo.

-¿Por qué tenemos el sentido del ridículo tan acentuado?

-Hay una mezcla de todo. Por un lado somos muy pudorosos y nos cuesta mostrar cualquier sentimiento, y por otro algunos tienen problemas de exceso de autoestima y no pueden admitir fallar en una pregunta fácil.

-Las cadenas suelen ir sobre seguro con los concursos pero, ¿por qué no apuestan por el producto español?

-El problema es la desconfianza. Los directivos temen los resultados negativos y van a tiro hecho. Además, arriesgar con un producto que luego no funciona puede ser muy criticable.

-Entonces, ¿qué paso con 'Jeopardy'?

-Nos equivocamos en dos cosas esenciales. Fue un concurso demasiado rápido y la gente mayor se alejó un poco y, por otro lado, la dificultad de las preguntas era mayor de la prevista.

-¿No encontraron soluciones?

-Es un formato que cuidado y con tiempo hubiera llegado a funcionar. El problema es que todo ya estaba grabado y que la paciencia en la tele es un bien cada vez más escaso.

-¿Por qué no quedan concursos en horario de máxima audiencia?

-Desde que 'El millonario' abandonó el 'prime time' no ha triunfado ninguno, ni siquiera 'Allá tú' cuando Telecinco lo probó de noche, ni 'Identity' en La 1, que está haciendo un 11%. De alguna manera el concurso no puede con el 'reality' ni la ficción.

-Cómo ha cambiado la tele desde 'Un, dos, tres'...?

- Antes éramos más inocentes y nos conformamos con productos blandos para pasar el rato; ahora necesitamos más sangre y carnaza.

De usted dicen que tiene una cultura amplísima.

- ¿Cultura amplísima? Lo dudo, y menos con el sistema educativo que tenemos. El patrón del presentador exige sentido del humor, espontaneidad y conexión con el público.