La difusión de la ejecución de Sadam Husein indigna a la comunidad mundial

Como no podía ser menos, la ejecución del dictador que dirigió los destinos de Irak durante casi un cuarto de siglo, hasta que fue derrocado por una coalición liderada por Estados Unidos en el 2003, fue acompañada de la polémica. Sadam Husein fue ahorcado en la madrugada del día 30 de diciembre del 2006 tras haber sido juzgado y condenado por crímenes contra la humanidad. Husein fue encontrado culpable de la muerte de más de 148 chiíes en 1982, entre otros crímenes.

Detenido el 13 de diciembre del 2003 cerca de su ciudad natal de Tikrit (a 60 kilómetros al norte de la capital) por soldados estadounidenses que le hallaron en un escondite subterráneo, Sadam Husein pasó sus ultimos años detenido en un lugar secreto.

La elección de la fecha de la ejecución provocó las críticas de la comunidad musulmana y la manera en que fue llevado a cabo el ahorcamiento desató el rechazo unánime de la comunidad internacional. Además, su ajusticiamiento intensificó los actos de violencia y los atentados suicidas en Irak. Los primeros atentados tras la ejecución dejaron más de 74 muertos en las ciudades de Bagdad y Kufa. También miles de chíies y kurdos manifestaron su alegría en los y distritos donde son mayoritarias estas comunidades, perseguidas por el ex dictador.

La muerte de Husein, de 69 años, tuvo lugar en vísperas del inicio de la fiesta religiosa de Aid al Adha, el Sacrificio, una de la más importantes del calendario musulmán. Varias cadenas árabes de televisión difudieron imágenes del momento en que era llevado al cadalso y en las que pudo verse cómo Husein fue ahorcado a cara descubierta, tras rechazar taparse la cabeza. Sin embargo, el escándalo llegó con la propagación por Internet de fotos y vídeos tomados con teléfonos móviles en los que podía seguirse todo el proceso al detalle. Si la televisión nacional había ofrecido en un primer momento unas imágenes, sin sonido, en las que todo daba muestras de tratarse de una ceremonia solemne, los vídeos no oficiales permitieron escuchar los gritos a favor del líder chií Moqtada al-Sadr que profirieron los verdugos y la forma despectiva en la que éstos se dirigieron a Sadam, repitiéndole en varias ocasiones «vete al infierno».

Rechazo unánime

El Gobierno iraquí habló de «inicio de una nueva etapa» y del «primer paso para la reconciliación entre comunidades», pero la ejecución trajo más inestabilidad y caos, especialmente tras hacerse públicas las imágenes. El Gabinete presidido por Al-Maliki, firmante último de la pena capital, abrió una investigación para esclarecer los hechos y detuvo a varias personas que incumplieron las normas e introdujeron teléfonos móviles en la sala del ahorcamiento. El Ejecutivo rechazó «absolutamente» el contenido de las imágenes. Éstas le sirvieron también al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para criticar la forma en que se llevaron a cabo las ejecuciones de Sadam Husein y sus colaboradores. Según Bush, quedó demostrado que el Gobierno iraquí «todavía tiene que madurar». Aliados de EE. UU. como el presidente egipcio, Hosni Mubarak, calificaron de «caótica, asquerosa e inaceptable» la ejecución del ex presidente iraquí el primer día de la festividad musulmana del Sacrificio.