«Para los mayores, sigues siendo el mancebo»

Ha vivido muchas guardias, muchas de ellas nocturnas, desde que empezó en 1956 con sólo 15 años a trabajar en la farmacia de su pueblo, Villada. Después de unos años allí, ha desarrollado toda su vida profesional en la capital palentina, los últimos 35 años en la farmacia de Sotorrío, en la avenida de Modesto Lafuente. Ahora ha llegado el momento de la jubilación para Dionisio Crespo Martínez, que el pasado sábado recibió un homenaje de la Asociación Provincial de Auxiliares y Empleados de Farmacia.

-¿Cómo se despiden 51 años de trabajo?

-Mi trabajo ha sido toda mi vida, los clientes han llegado a ser mis amigos. Y mi empresa ha sido y es como una familia, no he tenido sólo una relación laboral. Pero ahora también ha llegado un momento en el que necesitas dejar de trabajar y hacer otras cosas. Por ejemplo, he viajado con mi mujer a Tierra Santa y a Roma y he disfrutado mucho.

-En una vida laboral tan larga, tendrá muchas anécdotas...

-Sí, hace 28 años, vino un hombre de madrugada para pedir una manzanilla. Lo hizo con muy malos modales y le dije que no se la daba, que viniera a las 9 de la mañana porque no era una urgencia. Al final vino la Policía y le pusieron 500 pesetas de multa. Otra vez, vino un hombre también de madrugada para pedirme un chupete, me pidió mil disculpas por la hora, pero le vi tan apurado que se lo regalé. Tres años después me reconoció en un bar y me invitó al café.

-¿Ha desaparecido la figura del mancebo?

-Prácticamente sí, aunque para la gente mayor sigues siendo el mancebo.

-Su trabajo nunca debe sustituir al del farmacéutico...

-Nunca, porque nosotros somos ayudantes. Pero la verdad es que los clientes tienen una gran confianza en nosotros, y a veces parece que estás en un confesionario, porque te cuentan todo, te llegan a querer muchísimo.

-Pero es una profesión en extinción...

-Sí, es una profesión que tiende a desaparecer, porque la ley obliga a que haya siempre un farmacéutico titular en las oficinas de farmacia. Antes nos solíamos quedar solos, pero ya la ley no lo permite. En la asociación somos pocos, alrededor de cuarenta, pero afortunadamente estamos muy unidos.

-¿Los palentinos piden muchos consejos sobre los medicamentos que deben tomar?

-Siempre que vienen a pedir consejo, debemos advertirles que quienes hacen las recomendaciones son los médicos. Ahora piden muchos consejos sobre los genéricos, que a las personas mayores les tienen muy despistados. Conocen sus medicamentos por el color de la caja, y en cuanto se los cambian por uno genérico debes explicarles que tienen las mismas propiedades hasta convencerles de ello.

-¿Y se automedican en exceso?

-Cada vez menos. Lo hacen para un catarro común, pero no en general.