«Si tenemos que irnos de nuestra comunidad es porque algo falla»

La doctora Carolina Burgos estudió la carrera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, donde también se especializó en Medicina de Familia. Tras culminar su formación, y ante la dificultad de encontrar un buen trabajo en la ciudad, no tuvo más remedio que dejar todo atrás y dar el salto a otra provincia, en este caso Badalona, para ejercer su profesión con más dignidad. Cree que algo falla en Castilla y León cuando comprueba que su 'fuga' no es un caso aislado.

-¿Por qué decide marcharse de Valladolid?

-Pues porque cuando terminé la especialidad, el futuro laboral que me esperaba aquí era hacer sustituciones, estar pendiente del móvil para que me llamaran de madrugada y en realidad no entiendo que eso sea la Medicina de Familia. En otras comunidades autónomas las circunstancias eran muy distintas y probé.

-¿Y se encontró con una situación muy diferente?

-Sí, aunque en todos los sitios cuecen habas. Pero allí se valora muchísimo el haber hecho la especialidad de Medicina de Familia, algo que aquí no sucede. Valoran también tu buena formación, inquietudes y el hecho que seas trabajadora, porque enseguida te ofrecen condiciones laborales mucho mejores.

-¿Es consciente de que no es un caso aislado o lo de la fuga de profesionales es un mito?

-No, evidentemente no soy un caso aislado. Seguramente habría incluso muchos más profesionales que darían el paso si no fuera porque resulta difícil dejar atrás la ciudad en la que vives y donde tienes a toda tu familia.

-¿Diría que algo falla en el sistema en Castilla y León?

-Si nos tenemos que ir es porque evidentemente algo falla.

-Debe ser duro el momento en el que hay que decidirse, ¿es posible equilibrar la balanza?

-Cuando vas a un sitio y te encuentras contenta, tranquila y socialmente bien integrada creo que merece la pena. Está claro que los amigos y la familia están lejos pero siempre se encuentra un hueco y además es que no se puede tener todo en esta vida.

-No daría por lo tanto marcha atrás a esa decisión.

-No, de ninguna manera.

-Además usted se trasladó a una zona que requiere ciertos conocimientos lingüísticos.

-Sí, pero nunca he tenido problemas en ese sentido. Voy a clases de catalán, entiendo perfectamente el idioma, pero las consultas las hago en castellano porque me expreso mejor así.

-¿Los pacientes le hablan también en castellano?

-Normalmente sí, pero hay algunos que lo hacen en catalán y yo no tengo ningún problema. Hay que entender que en cada lugar hay unas circunstancias, una cultura y eso hay que aceptarlo.

-¿Qué impresión se lleva del congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar?

-Me parece una cita muy bien organizada, que científicamente ha aportado mucha calidad con sus actividades y la verdad es que estoy encantada de haber venido. Me llevo la conclusión de que los médicos de familia de Valladolid y Salamanca, que en definitiva son quienes lo han puesto en marcha y preparado, han demostrado su altísima categoría como profesionales. Está muy bien que el resto de España lo sepa.