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INÉS GALLASTEGUI
Sábado, 10 de noviembre 2007, 01:27
Luc Montagnier hizo esta semana una visita relámpago a Granada donde mantuvo un encuentro con estudiantes de Medicina y Farmacia y participó en una mesa redonda sobre cooperación internacional. Al codescubridor del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), embarcado en los últimos años en la lucha contra la expansión del sida en África, le dio tiempo a visitar la Alhambra. «Me han dicho que tengo que verla», dijo el médico a sus acompañantes nada más bajar del avión.
-En África coinciden la escasa implantación del preservativo como medida preventiva frente al contagio del VIH y la insuficiencia de recursos para ofrecer tratamiento antirretroviral a todos los pacientes. ¿Cómo es la situación?
-No es satisfactoria. Hay una gran incidencia de la infección y mu-chos pacientes sin tratar. Los me-dios de prevención no están parando la propagación del virus. Las mujeres no pueden negarse a te-ner relaciones sexuales sin protección y el 60% de las nuevas infecciones se producen en mujeres. Ellas se lo pasan a los niños: la transmisión del virus se produce durante el parto y a través de la lactancia materna. El problema es que en África, sin lactancia materna, muchos niños mueren de otras enfermedades. Por eso es importante un tratamiento que proteja a los niños después del nacimiento.
-¿Cuál cree que será la situación del sida dentro de unos años, no sólo en lo que se refiere a África, sino también en Europa y Estados Unidos? ¿Es optimista?
-Está claro que el sida es menos importante en los países del Norte. Pero se han olvidado un poco las prácticas de prevención. Ha pasado toda una generación y los jóvenes no prestan mucha atención a las campañas de prevención porque se les ha transmitido la idea de que el tratamiento cura el sida. Eso es un gran error. El tratamiento permite evitar las infecciones más graves, pero el virus no se elimina. El objetivo de mis investigaciones es encontrar un tratamiento que erradique el virus tras la triterapia, una vacuna terapéutica. Se trata de estimular el sistema inmunitario de la persona infectada para controlar el virus.
-¿Y la vacuna preventiva?
-Eso no funciona.
-¿Por qué?
-Por muchas razones.
-Usted subraya la importancia de factores distintos a la infección por VIH que influyen en el desarrollo del sida. ¿Cuáles son?
-Hay factores infecciosos que juegan diferentes papeles, pero que finalmente determinan la virulencia y la variabilidad del virus. El gran poder del virus del sida es su hipervariabilidad. Si encontramos los factores de variabilidad se podrá controlar totalmente la infección.
-En alguna ocasión ha subrayado la importancia de los factores psicológicos en la lucha contra el sida.
-Nuestro sistema inmunitario está influenciado por nuestro sistema psicológico; es lo que se llama neuroinmunología. Quien tiene una depresión nerviosa puede tener también una depresión inmunitaria. Hay personas que desarrollan un cáncer después de un acontecimiento familiar grave. Con el sida es parecido: hay mucha gente expuesta al virus que no se infecta porque tiene una buena respuesta inmunitaria. También son muy importantes otros factores, como la nutrición: hay que tomar antioxidantes, porque los radicales libres deprimen el sistema inmunitario.
-En los últimos años defiende las virtudes de un preparado de papaya fermentada en la mejora de enfermedades como el parkinson o el sida. ¿Hay ensayos que respalden su teoría sobre ese preparado?
-Yo no pretendo que ese preparado, que contiene moléculas que potencian los antioxidantes, pueda curar estas enfermedades. No puede sustituir el tratamiento antiviral, pero sí ser un suplemento de la triterapia, ya que puede estimular el sistema inmunitario y ayudar a combatir el virus. Se están desarrollando ensayos clínicos en el centro de Abiyán (Costa de Marfil). En el parkinson y el alzheimer, como en otras enfermedades degenerativas, hay estrés oxidativo y por eso son importantes los antioxidantes.
-¿Cree que el mundo ha hecho lo suficiente en los últimos 25 años en la lucha contra el sida?
-No podemos estar satisfechos, ya que la epidemia está ahí. No hemos acabado con el sida. Faltan muchos esfuerzos por hacer: a nivel de investigación, de cooperación internacional... La epidemia no ha parado.
-¿Ha habido errores en el manejo de la epidemia?
-Cuando miras atrás, siempre se puede hacer mejor de lo que se ha hecho. Pienso que se ha cometido el error de olvidar el sida. Hay otras enfermedades, otras epidemias que adquieren importancia y, mientras tanto, nos olvidamos del sida. Y el sida siempre está ahí.
-¿De quién es la culpa? ¿De los científicos? ¿De los políticos...?
-Todos somos responsables.
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