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Estado de las obras de la urbanización La Favera que se está construyendo en Villanueva de Gómez. / FOTOS: RAÚL SANCHIDRIÁN
CASTILLA Y LEÓN

El anhelo de Villanueva de Gómez

NOELIA HERNÁNDEZ

Lunes, 22 de octubre 2007, 02:14

Cuentan sus habitantes que se ha convertido en el pueblo más famoso de la provincia de Ávila y no es para menos. Con 143 censados, Villanueva de Gómez es hoy una pequeña y tranquila localidad de la comarca de la Moraña. Situada cerca del río Adaja, se encuentra a 28 kilómetros de la capital y a 22 de Arévalo. En la actualidad ofrece escasos servicios a sus vecinos, sólo permanecen abiertos dos bares y una tienda de comestibles. Varios establecimientos han echado la verja de cierre, como una peluquería que aún conserva su rótulo. Sin embargo, el colegio ha logrado sobrevivir con el paso de los años. Ahora lo hace gracias a una familia de inmigrantes. En total, acuden a las aulas ocho pequeños.

La tranquilidad de este municipio, eminentemente agrícola, contrasta con la actividad que se cuece a un kilómetro de distancia, donde se pretende levantar la urbanización La Favera, con 7.500 viviendas, tres campos de golf y una instalación equina de 700 hectáreas. Lo anuncia un cartel que reza: 'Pavimentos asfálticos Salamanca. Prohibido el paso a toda persona ajena a la obra'.

En el lugar, un empleado asegura que llevan trabajando desde febrero del 2006. En casi dos años, se han abierto unos 20 kilómetros para construir los viales de la urbanización. «Hemos metido los tubos, se han trazado vías, rotondas y estamos colocando los bordillos para delimitar las aceras», asegura el empleado junto a dos enormes embalses que también se están construyendo.

El de los viales generales de acceso a la urbanización es uno de los siete sectores en los que se divide este proyecto. Por el momento, la Consejería de Medio Ambiente sólo ha dado luz verde a otro más, el que contempla la construcción de un complejo deportivo con un club social, el sistema general hídrico para los sectores urbanizables y tres campos de golf, lo que supondrá la tala de 9.600 árboles.

Hasta ahora no se ha aprobado la construcción de las 7.500 viviendas previstas por el promotor, la Compañía Mercantil Inveralde S.L. Precisamente, una de las críticas de los ecologistas radica en que el proyecto se está tramitando de forma «fragmentada y sin una evaluación de impacto ambiental acumulada. Se evalúan de forma independiente porque así, la afección al medio ambiente se difumina y su aprobación resulta más sencilla», explican los ecologistas quienes han presentado dos recursos para frenar las obras y exigen que se declare área crítica este pinar donde anida una pareja de águila imperial. Sin embargo, la opinión de los vecinos es bien distinta. La bautizada como macrourbanización de Villanueva de Gómez ha despertado más simpatías que detracciones entre los habitantes.

Uno de los dos bares de la localidad colgó el cartel de cerrado hace unos años y el negocio se reabrió cuando comenzó a construirse la urbanización. «Se mantiene arriba por la actividad que las obras han traído al pueblo», asegura Gema Sánchez, una de las trabajadoras de este establecimiento, que sirve cada día una treintena de comidas para los empleados de la obra. Sánchez se muestra a favor de una urbanización que revitalizará el municipio. De hecho, asegura que «el Ayuntamiento ofrece ahora clases de informática con los fondos que ya ha recaudado de este proyecto».

Otros vecinos sostienen que no habitan águilas en el pinar de Villanueva, donde los pinos ya no tienen resina. «Esta labor daba empleo a unas diez personas, ahora la urbanización creará multitud de puestos de trabajo», apunta Tersilio Aldea, mientras Hermelio Sáez añade que «antes nadie se acordaba del pinar. Los árboles no valen ni para madera».

Bienvenidos a Marbella

Otros vecinos tienen también una razón económica para apoyar el proyecto, que ha supuesto un pellizquito importante para los propietarios de las fincas colindantes. César García es uno de ellos. Sus tierras se han revalorizado gracias a esta urbanización. Sin embargo, tal y como ya explicó el alcalde, José Martín, este vecino recuerda que el proyecto data de hace 25 años y que, desde entonces, el pinar era urbanizable.

Lo primero que ve el visitante que pisa Villanueva de Gómez es una gran pintada que dice: 'Marbella'. También se alude al ex alcalde de la localidad malagueña, Julián Muñoz, con un 'Kachuli' trazado sobre otra pared. La macrourbanización tiene también sus detractores, como algunos agricultores del municipio que ya han sido testigos de cómo este proyecto resulta perjudicial para sus bolsillos. «Roban la tranquilidad del pueblo a base de talonario», asegura un labrador mientras explica que ya ha perdido 20 hectáreas, debido a que los propietarios que le arrendaban las tierras las han vendido al promotor del proyecto urbanístico. «Los agricultores ya no podemos cultivar. Medio término municipal pertenece ya a Inveralde», dice otro afectado. Además, los cultivadores de girasol y cereal se quejan de que los diferentes viales han cortado accesos al río y los camiones han invadido los caminos.

Si algo sufren todos los vecinos de Villanueva de Gómez es el polvo que genera esta gran urbanización y el intenso tránsito de camiones. «Cuando me levanto lo primero que veo es una nube. El pueblo está lleno de polvo porque no riegan, incumpliendo así su compromiso», se queja Luisa Hernández, a pesar de mostrarse a favor de esta construcción.

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