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Exterior del restaurante asiático de Parquesol. / Á. SANCHA
VALLADOLID

La policía cree que la joven china que dijo estar retenida tenía libertad de movimientos

Los supuestos agresores y las propietarios del restaurante Asiático proceden del mismo municipio de su país natal

J. S.

Sábado, 20 de octubre 2007, 02:56

La investigación sobre la reyerta entre ciudadanos chinos registrada el lunes por la noche en el restaurante Asiático de Parquesol parece haberse estancado después de que las sorprendentes declaraciones de la novia de uno de los presuntos agresores, una trabajadora del local que afirmó en el juzgado que la mantenían retenida, no hayan tenido hasta el momento consecuencias judiciales. No en vano, la policía considera que la joven tenía total libertad de movimientos e, incluso, tienen constancia de algunos viajes a Madrid para ver a su compañero sentimental y a Barcelona para reunirse con su madre.

Las denuncias cruzadas entre supuestos agresores y víctimas -los dueños del negocio- no hacen sino complicar aún más las pesquisas para resolver un caso que va de camino de quedarse en una simple falta de lesiones. Lo que sí han podido saber los agentes es que los dos grupos en liza podían conocerse previamente debido a que todos ellos son oriundos de la misma localidad china: Zheijan.

Los tres hombres que fueron detenidos a raíz de la trifulca mantienen que sólo fueron al local de la calle Manuel Azaña a liberar a la citada empleada y afirman que los propietarios llegaron a pedirles un dinero a cambio. La policía no dio credibilidad a su versión después de que la supuesta víctima negara este extremo, si bien se muestran sorprendidos por el hecho de que fue su novio el que avisó al 091 esa misma noche de que su padre y dos familiares habían resultado heridos.

Antecedente en León

La joven, que actualmente reside en la capital madrileña con los sospechosos -los tres fueron puestos en libertad el miércoles-, acudió, sin embargo, este último día al juzgado para cambiar su declaración inicial y afirmar que los dueños del restaurante sí la tenían retenida. La presunta víctima explicó que tenía que trabajar gratis para ellos para pagar así su viaje desde China a España como pago de una supuesta oferta de trabajo remitida por éstos a aquel país para permitirle salir de allí.

La versión de los dueños y trabajadores del restaurante es radicalmente distinta. Estos aseguran que sus compatriotas accedieron al local a las 21.00 horas armados con cuchillos y que les reclamaron 30.000 euros a cambio de garantizar su propia seguridad.

Las aparentes víctimas del intento de extorsión reconocen que la presunta secuestrada vivía con ellos, pero niegan que la mantuvieran retenida hasta el punto de recordar sus continuos viajes a la capital madrileña o las visitas de su madre llegada desde la ciudad condal. Los agentes dieron más credibilidad a este relato y, hasta el momento, los únicos detenidos por este caso fueron los tres presuntos agresores lesionados.

Fuentes policiales recordaron que a principios de año investigaron un caso similar en León, si bien entonces fue el impago de un pedido a un comercio por su supuesto mal estado el que motivó que uno de sus empleados recibiera una paliza en un rifirrafe también entre ciudadanos chinos.

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