Una trabajadora del restaurante chino declara ahora que sí la tenían retenida

La investigación de la reyerta ocurrida el lunes por la noche en el restaurante Asiático de la calle Manuel Azaña de Parquesol podría dar un vuelco si el juez encargado del caso decida adoptar medidas después de que una trabajadora del local se desdijera y declarara que los dueños sí la mantenían retenida. La supuesta víctima daría así credibilidad a la versión ofrecida por los tres detenidos, y puestos en libertad con cargos el miércoles, de que accedieron al establecimiento con la única intención de liberarla.

Fuentes policiales mostraron su sorpresa por el cambio de orientación de la declaración de una joven que la noche de los hechos negó que estuviera retenida y señalaron que esperan la decisión definitiva del juez -no han recibido aún orden alguna- para realizar nuevas pesquisas.

Los aludidos, por su parte, negaron ayer la versión de la trabajadora y afirmaron que «gozaba de absoluta libertad hasta el punto de que viajaba con frecuencia a Madrid a ver a su novio e, incluso, recibía visitas de su madre desde Barcelona». Los dueños del negocio mantienen que los tres compatriotas intentaron extorsionarles para garantizar su seguridad a cambio de 30.000 euros y recordar que la ahora denunciante, cuyo paradero aseguran desconocer desde la madrugada de los hechos, «es amiga y vivía» con una hija de la pareja.

La familia, que se enteró de las declaraciones de la empleada ayer por la tarde, cree que la joven mantenía una relación con uno de los sospechosos y que puede actuar «presionada». Su abogado, sin embargo, reconoció que no tenía confirmación oficial de las declaraciones contra sus clientes y anunció su intención de acudir al juzgado para adoptar medidas.

Fuentes del caso señalaron que la versión de la supuesta víctima apuntaría a un pago con su trabajo de la deuda contraída en el viaje desde su país a España.