JOAQUÍN MARTÍN DE UÑA
Lunes, 24 de septiembre 2007, 03:09
SI bien en el siglo XVI, durante el reinado de Carlos I de España y V de Alemania, comenzaron a cobrar interés, los relatos y representaciones gráficas de las ciudades que realizaban los viajeros, (generalmente miembros de las Embajadas en los lugares donde ejercían su representación), la verdadera proliferación de dichos relatos e imágenes, tuvieron lugar durante el siglo XIX, cuando los últimos avances técnicos, como el ferrocarril y las cámaras fotográficas, facilitaron el traslado de las personas y la posibilidad de reproducir los lugares visitados. En fecha intermedia, el 30 de noviembre de 1738, vio la luz el primer plano de la ciudad de Valladolid, que realizara Ventura Seco.
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El siglo XVII, cuando se prolongaban en la ciudad las estancias de la Corte, tuvo lugar el más espectacular auge de la ciudad, que se tradujo en su modernización y en la construcción de edificios destinados a acoger servicios municipales que aumentaron a medida que lo permitían las disposiciones económicas del Regimiento.
En el año en que se realizó el primer plano de la ciudad, su aspecto acusaba la marcha de la Corte, pero conservaba el nuevo trazado debido al incendio de 1561, así como la mayoría de los edificios construidos en los años de esplendor de la ciudad del Pisuerga.
El trozo del referido plano, que encabeza este recuerdo, comprende la zona entre los aledaños de la Plaza de Santa María (hoy de la Universidad y el puente sobre el Esgueva, junto al antiguo Seminario Diocesano, hoy ocupado por las llamadas 'casas de los profesores'), y desde la actual calle de Cánovas del Castilla a los alrededores de la iglesia de la Vera Cruz, una de las zonas que más ha cambiado. Aparte de los cambios en el nombre de las calles, pueden verse los cinco puentes sobre la Esgueva y los pasos cubiertos por las calles sobre su cauce.
En el plano puede verse cómo la calle del Paraíso está ocupada por el cauce del pequeño ramal, así como un extraño cauce de agua que se une a la Esgueva en el puente de la calle del Marqués del Duero, mientras la iglesia de las Angustias se encuentra en la plazuela del desaparecido palacio del Almirante. El cubrimiento del Ramal Norte del segundo río vallisoletano supuso un cambio esencial en las actuales Plazas de Cantarranillas, de la Libertad y de Portugalete, donde estuviera uno de los tres mercados construidos en tiempos de Don Miguel Íscar.
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Como apunta María del Rosario Fernández González en 'Edificios municipales de la ciudad de Valladolid de 1500 a 1561', entre la antigua Plazuela de Cantarranillas tuvieron su emplazamiento la Casa de la Pescadería, las Carnicerías y el primer Matadero de Carneros.
En fechas más recientes, y además del citado mercado, han cambiado la plaza de Onésimo Redondo (hoy de la Libertad), así como los jardines de la que fuera plaza de Portugalete, todo ello desaparecido con la construcción del aparcamiento, mientras se espera la negativa a la construcción de uno nuevo nuevo junto a la torre de la Antigua, que significaría la desaparición de cualquier vestigio histórico y la duda de la estabilidad de la Reina de las Torres Románicas de Castilla.
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