Núñez de Arce y Gamazo, ministros en 1883. EL NORTE
Historias de nuestra historia

Doblete vallisoletano en el gobierno liberal de 1883

Germán Gamazo y Gaspar Núñez de Arce fueron elegidos por Sagasta para desempeñar, respectivamente, los Ministerios de Fomento y Ultramar

Enrique Berzal

Valladolid

Viernes, 15 de noviembre 2024, 07:00

Por primera vez en la historia reciente, Valladolid contaba con dos ministros en el gobierno de la nación. Era 1883 y lo presidía el liberal Práxedes Mateo Sagasta. Los ministros en cuestión eran dos vallisoletanos cuyos méritos han trascendido ese breve episodio político que se desarrolló entre el 9 de enero y el 13 de octubre de 1883. Se trata de Germán Gamazo Calvo y de Gaspar Núñez de Arce.

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El primero, apodado por muchos como «el autócrata de Boecillo», de donde era oriundo, ha sido considerado el político vallisoletano más destacado del siglo XIX, «ejemplo de caciques» y creador de una larga dinastía política que habría de continuar su cuñado Antonio Maura. También se le ha caracterizado como el arquetipo de político profesional que, partiendo de unos orígenes modestos, logró acceder a una elevada posición social. Heredó un importante patrimonio paterno, estudió Derecho y ejerció como abogado de personalidades muy influyentes, militó en la Unión Liberal, obtuvo el acta de diputado entre 1871 y 1901 de manera ininterrumpida, y fue ministro en cuatro ocasiones.

Núñez de Arce, por su parte, ha pasado a la historia como un gran poeta y dramaturgo, más que como un avezado político. Esta última es, sin duda, su faceta menos conocida. Se forjó con el progresista Pedro Calvo Asensio en el periódico 'La Iberia', luego ingresó en la Unión Liberal, participó en la Gloriosa Revolución de 1868, que destronó a los Borbones, y fue nombrado para desempeñar diferentes puestos políticos. Diputado por Valladolid en 1865 y 1869 y por Castellón en 1876, fue gobernador de Logroño (1865) y Barcelona (1866), secretario general de la Presidencia y consejero de Estado antes de ser nombrado ministro.

La llegada de Gamazo y Núñez de Arce al Consejo de Ministros no puede entenderse sin la subida al poder, en 1881, del primer gobierno liberal de la Restauración, producto de la complicada acción negociadora que dio lugar al Partido Liberal liderado por Práxedes Mateo Sagasta. En esa ocasión, la mitad de las carteras ministeriales fue a parar a las facciones más conservadoras de dicha formación política (centralistas y militares de Martínez Campos), de modo que solo quedaron dos Ministerios de entidad para constitucionalistas de izquierda. Esta conformación del gabinete, claramente inclinada hacia la derecha, generó en 1882 la disidencia de la Izquierda Dinástica, que a su vez precipitó la crisis ministerial de enero de 1883. A partir de ella, Sagasta inclinó el equilibrio de fuerzas hacia la izquierda, si bien es cierto que con figuras de segunda fila. Germán Gamazo, que recibió la cartera de Fomento, se erigió entonces en el principal exponente de la derecha liberal. A su lado, Gaspar Núñez de Arce fue elegido para la cartera de Ultramar.

Pese a la brevedad de este nuevo gobierno (diez meses), Gamazo planteó importantes medidas al frente de Fomento. Se afanó en la reforma educativa a través de Reales Decretos como el de 2 de septiembre, centrado en la educación de párvulos (3 a 7 años) para, heredando aspectos ya contenidos en el proyecto de José Luis Albareda, su antecesor, hacerla laica, mixta y moderna. También planteó la reforma de las Escuelas Normales, nuevo intento modernizador que incluía la equiparación de sueldos entre maestros y maestras. Más énfasis puso el de Boecillo en la reforma de los estudios de Derecho, bastante anticuados y saturados en aquellos momentos, a través de medidas como la refundición en una sola carrera de las tres ramas (Civil, Canónico y Administrativo) y de la carrera de notariado, pudiendo quedar exentos de cursar algunas asignaturas los alumnos que aspiraran a ser notarios; la desaparición de los títulos de licenciado y doctor en Derecho Administrativo; la obligatoriedad a los alumnos de último curso de Derecho de asistir a las Academias, con objeto de dotar de un sentido más práctico a la carrera, objetivo que también perseguía la obligatoriedad de cursar la asignatura de Medicina Legal; y una modificación sustancial en la distribución y contenido de las asignaturas, organizándolas a su vez por bloques.

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Otras medidas pretendían beneficiar a las denominadas «clases productoras», como, por ejemplo, las dirigidas a reducir los beneficios de las compañías ferroviarias y favorecer a los viajeros, en especial la supresión del recargo del 10% sobre las tasas de los billetes de ferrocarril (Ley julio de 1883). La tarea de Núñez de Arce, sin embargo, fue menos vistosa, pues se centró sobre todo en las relaciones entre España y Cuba mostrándose, según muchos especialistas, más cercano a las tendencias centralistas que a las autonomistas. Además, se le acusó de estar excesivamente supeditado al ministro de la Guerra, Arsenio Martínez Campos, con quien sostuvo duras polémicas.

Los dos vallisoletanos abandonaron el gobierno en octubre de 1883, cuando nuevas tensiones en el seno del gobierno liberal, unidas a la actividad desestabilizadora de la sociedad anarquista «Mano Negra», a los levantamientos republicanos, a la presión proteccionista y a la polémica generada por la visita a España del rey de Alemania generaron una nueva crisis ministerial. Dos años más tarde, Gamazo repetirá como ministro, pero esta vez heredando, curiosamente, la cartera que en 1883 había ostentado Núñez de Arce.

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