¿Por qué es un error tomar indistintamente paracetamol o ibuprofeno?
A la hora de usarlos tenemos que tener en cuenta que son medicamentos diferentes, «se comportan de una manera distinta y tienen efectos distintos»
Julio Arrieta
Sábado, 14 de junio 2025, 10:24
Son dos medicamentos tan comunes que tendemos a tomarlos cuando tenemos algún dolor leve o algo de fiebre, sin pararnos a pensar en lo que ... realmente estamos ingiriendo. Si miramos en nuestro botiquín casero, ahí están siempre a mano el paracetamol o el ibuprofeno, o probablemente ambos. Luego, cuando aparecen noticias sobre sus posibles efectos adversos si se consumen en exceso, nos alarmamos. El caso más reciente fue un aviso emitido en abril por la AEMPS acerca del riesgo cardiovascular de dosis altas de ibuprofeno, que dio lugar a la correspondiente oleada de noticias en las que se habló de ambas medicinas.
Sin embargo, el ibuprofeno y el paracetamol son diferentes. «No tienen la misma manera de modular ni el dolor ni la inflamación. Se comportan de una manera distinta y por eso tienen efectos distintos», aclara Laura Redondo, graduada en farmacia, doctora en ciencias biomédicas y de la salud. Usamos ambos remedios con tanta ligereza porque «se pueden utilizar para evitar problemas dolorosos menores o incluso moderados como las migrañas. Siempre y cuando no se superen esas cantidades diarias máximas toleradas ni se utilicen de manera reiterada sin ningún control, estos medicamentos no deberían tener efectos adversos reseñables en un paciente sano», tranquiliza Redondo, que también es docente e investigadora en la Universidad Europea de Madrid.
El ibuprofeno es un fármaco «que inhibe la formación de sustancias que tienen que ver con el dolor. Nosotros tenemos unas sustancias que se llaman prostaglandinas», que actúan como mediadores celulares en el organismo. «Cuando se generan de manera descontrolada aumentan estas vías del dolor. Al inhibir la formación de estas sustancias, deja de haber lo que llamamos mediadores del dolor, de la inflamación y de la fiebre».
Según la alerta de la AEMPS, «la administración de dosis altas de ibuprofeno (iguales o mayores a 2.400 mg/día) se asocia con un mayor riesgo de trombosis arterial». Añade Redondo que el riesgo existe «en pacientes sensibles que tienen una patología de base». Como todas las sustancias que consumimos, todos los medicamentos generan efectos beneficiosos y perjudiciales. El ibuprofeno regula la producción los mediadores del dolor, «por eso lo tomamos. Pero también disminuye la formación de sustancias que para nosotros son beneficiosas». Como por ejemplo las que se encargan de proteger la mucosa gástrica. «Está descrito que el ibuprofeno puede provocar gastritis, puede provocar alteraciones gástricas, pero no a todos nos ocurre. ¿Por qué? Pues porque depende de la sensibilidad de cada persona y de cuál sea su estado basal a la hora de tomarlo», pone como ejemplo Redondo.
Por su parte, el paracetamol «es otra molécula que se encarga también de modificar esa transmisión nerviosa que tiene que ver con el dolor. Es un fármaco que tiene una actividad analgésica muy interesante», observa la experta. «Es conocido por disminuir la fiebre. ¿Por qué se puede utilizar? Porque modula el centro hipotalámico regulador de la temperatura».
¿En qué casos puede llegar a ser nocivo? Si se toma en dosis muy elevadas, «estamos hablando de muchos gramos, puede resultar hepatotóxico. Esto es así porque el paracetamol se metaboliza muy intensamente por nuestro hígado y puede dar lugar a un metabolito tóxico que si no se depura correctamente puede provocar lesiones como hepatitis, cirrosis, etcétera. Pero hablamos de dosis muy superiores a las habituales», insiste.
A la hora de tomar ambos fármacos, la experta considera que «hay que tener en cuenta la opinión de los profesionales». Nunca está de más consultar a médicos o farmacéuticos. «Sin embargo, siempre tenemos que hacer uso del conocimiento y del saber de los profesionales sanitarios, médicos, enfermeros, farmacéuticas, que nos orientan en todo este proceso». Aunque si previamente ya se ha utilizado con la correspondiente prescripción y volvemos a tener el mismo problema para el que se nos recetó uno u otro, «y no tienes una dolencia mayor, se pueden utilizar si previamente ha habido indicaciones que así lo consideran».
Cómo conservarlos
Un factor que descuidamos bastante con los medicamentos que tenemos y usamos habitualmente es cómo los guardamos. A veces los tenemos en el baño, de cualquier manera, o en la guantera del coche, o en un cajón en el trabajo. Pero el ibuprofeno y el paracetamol no se pueden guardar de cualquier manera, pues unas condiciones inadecuadas pueden estropearlos y convertirlos en nocivos. «La eficacia de un medicamento está testada de acuerdo con unos parámetros de seguridad muy concretos y cuando se adecuan a las condiciones de conservación concretas para los que están previstos»
Tienen que almacenarse «en temperatura ambiente, en condiciones de oscuridad, es decir, que no estén expuestos a la luz, y no pueden estar condiciones térmicas muy extremas». Así, no se deben dejar en el coche. «Un coche a 45 grados en agosto no es el sitio adecuado para guardar el medicamento. Pero como no lo es tampoco el armario de la cocina en el que incide directamente el sol, o el armario del baño donde pueda haber altas condiciones de humedad». Hay que conservarlos a 25 grados, la temperatura media de una casa», concluye Redondo.
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