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Valladolid
Medina de Rioseco invita al universo del wésternEl joven Pablo García Rodríguez muestra al público un diorama de Playmobil con más de 2.500 figuras con escenas del lejano Oeste que le han propuesto que viaje a Madrid
El wéstern, el género cinematográfico ambientado en la época de la conquista y colonización del lejano Oeste estadounidense, compite en las últimas semanas en Medina de Rioseco ... con el Canal de Castilla, sus museos de Semana Santa y San Francisco, la calle Mayor con sus soportales o sus iglesias catedralicias gracias al enorme diorama de Playmobil que ha instalado en la casa de sus abuelos, junto al histórico arco Ajújar, el joven Pablo García Rodríguez con más de 2.500 figurillas y otras piezas, todas originales, sin que falte el más mínimo detalle, destacando de una manera especial los trenes que, una y otra vez, atraviesan los paisajes de la instalación, sin que falte una réplica del tren burra que durante tantos años llegó a Rioseco.
En el amplio diorama, no faltan, en el paisaje del lejano Oeste, las estaciones de tren, el corral con vacas, el poblado trampero, las escenas de indios, el rancho, la caza del bisonte, la búsqueda de minas de oro, el robo a una diligencia, el poblado indio, la herrería, la banda de música militar con el general con fotógrafo incluido, los enormes cactus, los soldados de la Unión y de los Estados Confederados o el saloon. «El objetivo es que la gente disfrute de ello, porque no tiene sentido guardarlo», explicó Pablo García, que estudia 5º curso de Arquitectura en la Universidad de Valladolid, en cuya Escuela es becario en el Laboratorio de Paisaje Arquitectónico, Patrimonial y Cultural. Además, tiene el Grado Profesional de Percusión, dando clases en el Colegio de San Agustín, a la vez que es componente de la banda municipal de Rioseco y de la orquesta de la Universidad de Valladolid e instrumentista de la coral riosecana
Ya con seis años, a este riosecano le gustó mucho el mundo Playmobil, cuyas figurillas y piezas, como el barco pirata, le llegaron por medio de regalos de cumpleaños o de los Reyes Magos, pero también invirtiendo su propina semanal, según recuerdan sus padres, José Antonio García e Inmaculada Rodríguez. Una afición que se apagó en el bachillerato para encenderse hace tres años cuando su pareja, Gloria Henar García Sastre, directora de la Coral Riosecana Almirante Enríquez, le regaló una locomotora. Al final, su colección, en la que he hecho una gran inversión, es de miles de piezas, no ya solo del Oeste, sino también de otras temáticas como la pirata, medieval o de barcos. De una manera especial siente predilección por sus siete máquinas de tren.
Desde entonces, la colección ha ido creciendo, bien adquiriendo piezas, no solo en España, sino en Países Bajos, Bélgica o Francia; restaurando otras, porque «cualquier cosa se puede arreglar y darla una segunda oportunidad», o vendiendo algunas, como a coleccionistas de Grecia o Suiza, para luego comprar las que le interesan. Además, Pablo diseña otras piezas con un programa informático para después hacerlas realidad con una impresora de resina.
Ha sido en el presente año cuando este joven e inquieto riosecano se ha decidido a montar el diorama, ayudado por su pareja, Gloria Henar, en un trabajo de muchos días, pero con mucha satisfacción de los resultados, no solo por las visitas de muchas personas, sino también de coleccionistas, incluso porque desde la Asociación Española de Coleccionistas de Paymobil le hayan propuesto que el diorama viaje a Madrid. Sin embargo, de todos los visitantes, Pablo se queda con la ilusión y la emoción de los niños, que «no se quieren ir, piden a sus padres que les suben porque no ve, piden una banqueta para subirse, les encanta ver pasar los trenes y que desaparezcan en el túnel para después verlo aparecer». Unos niños a los que les gusta mucho encontrar al rey fantasma y al romano que ha infiltrado Pablo en un mundo del Oeste que no es el suyo.
Este diorama, que se encuentra en el mismo espacio y sobre la misma superficie en los que durante tantos años sus abuelos, Nicomedes y Modesta, montaron un gran belén, se podrá visitar hasta principios del mes de junio, los sábados y domingos, de 11 a 14 horas y de 17 a 20 horas, con la gran suerte, muchas veces, de que sea el mismo Pablo García el que cuente a los visitantes los pormenores de su gran afición.
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