Borrar
Imagen de la liberación del campo de Mauthausen con una pancarta en español. EFE

Vallisoletanos asesinados en Mauthausen

Cuatro de los veintiocho que perdieron la vida en el complejo concentracionario formado junto con Gusen y Ternberg fueron asesinados en el campo central

Enrique Berzal

Valladolid

Martes, 13 de mayo 2025, 08:35

El pasado 5 de mayo se cumplieron 80 años de la liberación del campo de concentración nazi de Mauthausen por las tropas norteamericanas. Construido en Austria, a pocos kilómetros de Linz, allí fueron a parar más de 7.200 españoles, a los que encerraron y torturaron y de los que más del 65% fallecieron. En total, 4.379, según las cifras aportadas por Gutmaro Gómez Bravo y Diego Martínez López en el libro 'Rotspanier: españoles en el complejo concentracionario Mauthausen-Gusen', publicado en 2022. Como señalan ambos autores, «poco antes del final de la Guerra Civil, más de medio millón de españoles inundaba las playas del sur de Francia huyendo de los combates y la represión franquista (...). La rápida derrota francesa dejó a decenas de miles cautivos en un territorio dividido en dos zonas: el llamado Mando Militar de Francia, ocupado por los alemanes, y el régimen colaboracionista de Vichy, liderado por el Mariscal Pétain, anterior embajador en Madrid y artífice del reconocimiento del gobierno de Franco por el Estado francés. A partir de ese momento, los españoles comenzaron a ser perseguidos sin distinción alguna. Desde el verano de 1940, usando los listados y censos establecidos por las autoridades francesas, fueron detenidos, deportados y entregados a la Alemania nazi en sucesivas oleadas hasta 1944. La mayor parte fueron destinados al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, donde solo un tercio sobrevivió hasta su liberación por el Ejército norteamericano en mayo del año siguiente».

En efecto, de los 4.379 españoles asesinados en el complejo Mauthausen-Gusen, 165 procedían de las provincias que actualmente conforman Castilla y León; y, de ellos, 28 de Valladolid. «Resulta muy significativo que Mauthausen fuese reconocido por los propios nazis como de tercera categoría, hasta el punto de situarlo como el más terrible de todos los campos de la red y al que solo debían ser transferidos aquellos individuos irrecuperables y que, por tanto, debían ser condenados a perecer. Su muerte, sin embargo, no podía ser concedida por el Reich en términos humanos. La condición de los prisioneros y los intereses económicos del nuevo orden lo impedían. Así, el alivio final debía llegar como consecuencia del colapso de las fuerzas tras haber contribuido a construir el nuevo Imperio alemán», subrayan Gómez Bravo y Martínez López.

En el campo central de Mauthausen perdieron la vida cuatro vallisoletanos de los que apenas se tiene constancia biográfica. Eran Justino Asenjo Cano, José Delgado de la Iglesia, Luciano Peribáñez Hermosilla y Teodoro Sanz Montano. Solo las pesquisas de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid y de investigadores a título particular, como Osoria Castán, han podido arrojar algo de luz sobre la vida de algunos de estos vallisoletanos asesinados en el más terrible y brutal campo de concentración nazi.

De quien más sabemos es de Justino Asenjo Cano, nacido el 26 de septiembre de 1902 en Olmos de Peñafiel. Casado con Teodora de Frutos y padre de cinco hijos, según todos los indicios trabajaba como constructor de carros cuando estalló la Guerra Civil. A su hermano Félix, alcalde de Olmos de Peñafiel en 1936, lo detuvieron los sublevados, lo condenaron a muerte en Consejo de Guerra y lo fusilaron el 13 de septiembre de 1936 en la campa de San Isidro. Justino vivía en Langayo cuando comenzó la contienda. Lo detuvieron por tenencia ilícita de armas y lo encarcelaron en la prisión provincial de la capital vallisoletana. Cumplió la pena de un año, un mes y once días y salió en libertad en septiembre de 1937. Enseguida lo fueron a buscar a su casa. Consciente de lo que le esperaba, escapó por la ventana y sirvió en el Ejército republicano, según la información recabada por Orosia Castán. Al finalizar la guerra huyó a Francia, donde fue capturado por los nazis y deportado a Mauthausen el 3 de noviembre 1941, con el número 3180. Lo asesinaron el 30 de abril de 1943, con 41 años.

Poco sabemos, sin embargo, del resto de fallecidos en ese campo de concentración, epicentro de la brutalidad nazi más extrema. Teodoro Sanz Montano, peñafeliense nacido el 20 de julio de 1900, tenía 29 años cuando lo asesinaron el 14 de octubre de 1942, dos años más tarde que Luciano Peribáñez Hermosilla, natural de la capital vallisoletana y asesinado el 14 de octubre de 1940, con apenas 29 años. En Valladolid había nacido también José Delgado de la Iglesia, concretamente el 11 de marzo de 1899, hijo de Timoteo y de María. Hombre de convicciones republicanas, era jornalero de profesión cuando lo detuvieron el 28 de julio de 1937 por, según la sentencia, desvelada por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid, proferir insultos contra la fuerza armada en un establecimiento de bebidas de Villanueva de los Infantes: «Los falangistas son unos tragones que se comían lo de Auxilio Social y lo del Plato Único, que mientras se comían muchos pollos en el comedor del Calderón, se mata de hambre a los niños». Cumplió seis meses y un día de prisión. No se saben las causas concretas de su deportación a Mauthausen, donde lo asesinaron el 27 de marzo de 1942. Tenía 43 años y estaba soltero.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Vallisoletanos asesinados en Mauthausen

Vallisoletanos asesinados en Mauthausen