Valladolid
74 edificios residenciales veteranos de la capital mudan de piel para mejorar su confortLa Junta ha recibido 213 solicitudes a una línea de subvenciones ya cerrada que financia el aislamiento exterior de inmuebles para reforzar su eficiencia energética
No es un simple 'lifting' para eliminar arrugas, que en este caso podrían asimilarse a grietas, fisuras o humedades. Se trata de una renovación en ... toda regla de la piel de edificios de viviendas con cierta veteranía a los que el paso del tiempo les ha hecho perder las condiciones de confort o eficiencia en su aislamiento, que quizá nunca llegaron a tener por su antigüedad.
Al calor de los fondos europeos Next Generation, la ciudad está siendo escenario en los últimos tres años de la transformación integral de algunas envolventes de bloques residenciales cuyas comunidades de propietarios han apostado por dar una nueva vida la construcción, unas obras que llevan aparejado, además, un cambio en su estética exterior, que hace que muchas edificaciones parezcan nuevas al contar con una amplia variedad de acabados.
Un total de 74 bloques residenciales, la mayor parte con una edad media que oscila entre los 30 y los 40 años, se han beneficiado de una línea de subvenciones gestionada por la Dirección General de Vivienda de la Consejería de Medio para renovar sus fachadas.
Según los datos facilitados por este departamento, en la ciudad se han presentado 213 solicitudes a esta convocatoria -por concurrencia no competitiva y ya cerrada- para poder contar con una ayuda, que va del 40% al 80% dependiendo del ahorro energético que se logre con la obra. El crédito consignado era de 96,35 millones de euros en toda la comunidad, un dinero que ya se está agotando, según confirman fuentes de la Junta de Castilla y León.
Esta renovación exterior se puede abordar con el sistema SATE (sistema de aislamiento térmico por el exterior), un revestimiento generalmente poliestireno expandido o lana de roca que se adhiere directamente a la pared exterior del edificio. Luego, se aplica una capa de mortero y un acabado decorativo creando un nuevo abrigo para el bloque.
La otra opción es sumar a ese aislamiento una fachada ventilada, una estructura exterior compuesta por piezas de diferentes materiales y formatos, colocadas sobre el paramento existente. Es decir, se sitúa el aislante en la envolvente, pero se deja una pequeña cámara de aire entre esta y la nueva fachada con lo que se favorece la circulación del mismo.

La última obra aprobada por el Ayuntamiento dentro de este tipo de intervenciones data de la pasada semana. Se llevará a cabo en el número 10 de la calle Joaquín Velasco Martín, en la zona oeste de la capital, donde son ya varios los inmuebles que han abordado rehabilitaciones de esta clase. Es el caso de la que se está llevando a cabo en el 2 Arzobispo José Delicado, justo al otro lado del río mirando desde la plaza de Poniente.
Allí la empresa Consentino trabaja en la renovación exterior de uno de los tres bloques iguales que miran al Pisuerga. Lo hace con el sistema de fachada ventilada. «Al final lo que logra el sistema es que impide que el calor entre al edificio y al mismo tiempo en invierno contribuye a que el calor de tu casa no se pierda gracias a ese aislamiento», explica Rafael Rodríguez, gerente de la marca en Valladolid.
Esta empresa también está acometiendo la misma operación en la residencia de mayores de Parquesol. «En este caso se aplica una lana de roca de diez centímetros, se deja la cámara ventilada y a continuación se le pone una piel nueva, que en este caso es una piedra que fabricamos en Almería», añade.
El objetivo de este tipo de obras, subraya Rodríguez, es la mejora del confort interior, pero ya no solo a nivel térmico, sino también acústico. «Es algo poco reseñable para algunos, pero importante en aquellos edificios situados en zonas con alta intensidad de tráfico, porque amortigua el ruido», aclara. Con las ayudas de los fondos europeos, que pueden financiar hasta el 80% de la intervención, este tipo de obra puede suponer un coste por vivienda de entre 6.000 y 8.000 euros, según sus estimaciones. Sin esas subvenciones, el precio se iría «a más del doble».
La empresa Crolec, con sede en Zaratán, es otra de las compañías especializadas en estos trabajos de envergadura, que para un bloque de vivienda plurifamiliar de tamaño estándar se puede ejecutar en un plazo que varía entre los seis y los doce meses dependiendo del sistema elegido. Su máxima responsable, Ana Belén Hernández, explica que las comunidades de propietarios de inmuebles con cierta antigüedad comienzan a darse cuenta de las ventajas de esta inversión en la envolvente, aunque reconoce que, de momento, la gran mayoría se ejecutan a raíz de las líneas de subvención concedidas por la UE.
«Hasta ahora las comunidades daban prioridad a la instalación del ascensor y ahora sí que comienzan a darse cuenta de las ventajas de que el edificio esté bien aislado; ¿quién no tiene una humedad, alguna filtración o pasa frío por mucha calefacción que ponga?... Empiezas a ver comunidades con más interés, pero de lo que hay ahora mismo en ejecución me atrevería a decir que el 98% se está haciendo por las ayudas de los fondos Next Generation», confirma.
Esta empresaria cifra el coste sin subvención de una obra con el sistema SATE en unos 10.000 euros por vivienda, a los que habría que sumar entre el 30% y el 35% más si optan por la fachada ventilada. En cuanto al ahorro energético que se consigue con este nuevo revestimiento, la media es del 40%, aunque los expertos acotan que eso no se traduce directamente en la factura, donde se abonan, además del consumo, otros conceptos.
«Se trata de la energía que tú teóricamente deberías consumir para tener ese edificio en condiciones de confort; lo que se logra con estos sistemas de aislamiento es mantener la temperatura, que no pongas el aire acondicionado, lo apagues y vuelva a hacer calor o que pase lo mismo con la calefacción», explica Hernádez, quien suma a esta importante mejora otros beneficios, como la eliminación de las posibles fisuras que pueda tener la fachada o de los problemas de condensación por un mal aislamiento que se pueden traducir en humedades.
Desde el Colegio Oficial de Administradores de Fincas, su presidenta, Ana María Serrano, confirma que han sido las subvenciones las que han animado a algunas comunidades a plantearse una renovación que de otra manera sería muy costosa. Con el cierre de la línea de ayudas, la gran mayoría únicamente afrontan reformas puntuales cuando la necesidad a causa de filtraciones o humedades obliga, principalmente en la zona de las cubiertas. Serrano recuerda la importancia de contar con la colaboración de un administrador de fincas a la hora de plantearse una reforma en las fachadas porque son estos profesionales los que mejor les pueden asesorar.
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