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el norte
Viernes, 16 de diciembre 2016, 17:18
La Policía Nacional ha logrado evitar un pago por un secuestro virtual el pasado 15 de diciembre. Todo ocurrió cuando ese día un matrimonio de Valladolid recibió una llamada en el teléfono fijo de su domicilio, donde una persona, supuestamente su hija, pedía ayuda a su madre diciendo mamá, estoy secuestrada. Pero fue a su marido al que los secuestradores exigieron e pago de 10.000 euros para que liberaran a su hija, al que amenazaron con que si no pagaba inmediatamente, le matarían y venderían sus órganos.
También le pidieron un número de teléfono móvil al que le iban llamando mientras se dirigía a una sucursal bancaria, en ese periodo de tiempo llamó a la policía que se encontró con él, ya en la puerta del banco, cuando se disponía a sacar el dinero para efectuar el pago a través de una transferencia, los agentes consiguieron contactar con la hija y supuesta secuestrada, que residía en Madrid, comprobando la falsedad del secuestro y abortando el posible pago.
Desde la Policía Nacional insiste en alertar sobre este tipo de delito y recordar que en estas fechas navideñas se podría dar un repunte de este tipo de llamadas.
Cómo actúan estos estafadores
Su 'modus operandi' consiste en efectuar llamadas indiscriminadas, preferiblemente a teléfonos fijos, de potenciales víctimas españolas y en el momento en que estas descuelgan les comunican que su hijo/a u otro familiar está secuestrado. Los investigadores apuntan a que cuando una llamada les produce resultados positivos, los delincuentes continúan telefoneando a los números sucesivos.
Para darle más credibilidad a la amenazas, los delincuentes, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar la voz de los presuntos familiares secuestrados, imitaciones que duran apenas segundos para evitar que la víctimas, inmersas en un gran nerviosismo por las amenazas recibidas, descubran el engaño. También recurren a efectos sonoros que despierten terror en los interlocutores y les atenace. De esta forma conducen a sus víctimas a un bloqueo que les impide comprobar la veracidad de la amenaza y la localización de los supuestos rehenes, a no realizar preguntas para las que los secuestradores no tienen respuestas, a no avisar a la Policía y a pagar cuanto antes.
La prioridad: el pago rápido
Los autores de este tipo de estafas prolongan la llamada durante bastante tiempo con dos objetivos: por un lado evitar que la víctima pueda corroborar la veracidad de la información y por otro conseguir que realice un pago rápido.
Qué puede hacer la víctima
Hace más de un año que detectó esta modalidad de estafa. Desde entonces la Policía ha alertado sobre estas llamadas y ha difundido periódicamente unas pautas de prevención a través de los medios de comunicación y sus canales en redes sociales. Esta labor de prevención había logrado casi reducir a cero el número de llamadas, pero los secuestros virutales continúan. Por ello los especialistas en extorsiones de la Policía Nacional insisten: desconfíe de este tipo de llamadas y contacte de inmediato con la Policía Nacional -a través del 091 o en cualquier comisaría- si recibe una de estas comunicaciones desde un número privado o desconocido, nunca facilitar ningún otro número de teléfono, nombres de familiares o cualquier otra información personal.
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