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Miriam Moríñigo y Feli Pérez en su establecimiento.
El sueño de trabajar por cuenta propia con una peluquería en el centro

El sueño de trabajar por cuenta propia con una peluquería en el centro

Miriam Moríñigo y Feli Pérez abrieron hace unos meses H2O Hair Salón en la calle López Gómez de Valladolid

LAURA NEGRO

Domingo, 2 de octubre 2016, 12:07

Mechas, alisados, recogidos, cardados y permanentes. Siempre supo que aquello sería lo suyo. Toda su vida quiso ser peluquera y a los 16 años empezó a estudiar hasta conseguirlo. Ella es Miriam Moríñigo (41), una emprendedora vallisoletana que hace unos meses abrió su nuevo negocio, H2O Hair Salón, un centro de peluquería y estética. Pero ella no está sola en esta andadura. A su lado está su socia, Feli Pérez (31), una esteticista con 14 años de experiencia en su profesión.

Miriam estuvo 10 años trabajando en diferentes peluquerías de la ciudad. Sus ansias por aprender nuevas técnicas y tendencias en otros rincones de España la llevó a trasladar durante unos años su domicilio y trabajo a Tenerife y Valencia. «Allí aprendí mucho. Hay una gran diferencia de cómo se trabaja de unas ciudades a otras. En las zonas costeras, en mi opinión, se presta más atención al cuidado del cabello, los peinados son más desenfadados y los clientes son menos reacios al cambio», expone.

Decidió regresar a su ciudad natal, y tras trabajar en varios salones, se dio cuenta de que lo que realmente quería hacer era emprender. Tomó la decisión en 2013, pero tuvo que posponerla para emigrar a Lille (Francia) por motivos familiares. Allí permaneció dos años formándose y empapándose de la moda francesa en el sector de la peluquería. En cuanto regresó comenzó la búsqueda de local para cumplir su sueño empresarial. «Al volver de Francia, no pude capitalizar el paro. Fueron unos meses difíciles, en los que no tenía prestación, pero no me desanimé y seguí en mi empeño de montar mi propia peluquería», recuerda. Encontró el local que tanto ansiaba en la calle López Gómez, 30. Amplio, de dos pisos, suelo de madera y muy acogedor. Tal y como ella se lo había imaginado. Tras acondicionarlo, el pasado mes de marzo abrió las puertas del negocio.

Quería completar la gama de servicios ofrecidos en su salón con la rama de estética. De esta manera, a través de una amiga común, en el mes de junio conoció a Feli y desde el primer momento surgió en ellas una intensa amistad. «Yo llevaba muchos años trabajando por cuenta ajena y siempre tuve claro que algún día montaría mi propia empresa. Mi padre siempre me dijo que cogiera toda la experiencia que pudiera y que en cuanto estuviera preparada que diese el paso al emprendimiento, que esa era la única manera de disfrutar cien por cien de esta profesión», explica la esteticista, que anteriormente trabajó en Bilbao, Madrid y Valladolid. Ella tuvo más suerte y sí que pudo solicitar el pago único de su prestación por desempleo.

«No nos conocíamos de nada, pero nos complementamos a la perfección. Compartimos la misma filosofía de trabajo y de trato al cliente. En estos meses se ha generado una confianza total de la una en la otra que es lo que nos permite trabajar tan a gusto juntas», explican.

Ambas conocían a la perfección los entresijos de sus respectivos trabajos, pero carecían de los conocimientos suficientes sobre cómo gestionar una empresa, por ello, las dos se interesaron en realizar una formación específica al respecto, que les ayudara con la puesta en marcha y lanzamiento de su negocio. Miriam participó hace unos meses en el programa formativo para emprendedores CREA, del Ayuntamiento de Valladolid. Feli tiene ya la plaza para la siguiente formación. «Creo que me ayudará bastante. Esta es mi primera vez como empresaria y necesito apoyo para gestionar mi negocio», explica.

Estas dos emprendedoras consideran que mantienen una excelente relación calidad precio en sus servicios y les gusta mimar a sus clientes con pequeños detalles. «Nos preocupamos al máximo de ofrecer productos de alta gama, y los tenemos a precios muy asequibles», completan. En la parte de peluquería realizan trabajos técnicos de decoloración, moldeados, alisados, tratamientos de engrose del cabello y tratamientos del córtex del cabello.

«También soy experta en posticería y en breve empezaré a trabajar con prótesis capilares», anuncia Miriam. Por su parte, Feli realiza depilaciones, limpiezas faciales, masajes, presoterapia y tratamientos con punta de diamante y ultrasonidos. «Además, vendo productos de maquillaje, para las uñas y de pincelería, con los que puedo realizar cestas de regalo, que están funcionando estupendamente», aclara.

Para dar a conocer su nuevo negocio, realizaron un buzoneo por la zona centro de la ciudad. Intentan sacar el máximo partido a Facebook, donde puntualmente cuelgan información sobre sus servicios y productos.

«Estamos felices y encantadas de haber tomado la decisión de emprender. Siendo nuestras propias jefas, nos marcamos nuestro horario y forma de trabajo. Es muy gratificante, aunque es cierto que el nivel de exigencia que nos hemos impuesto también es mucho más alto», añaden.

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