![«Castilla y León es la envidia sana de organistas de otras comunidades»](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/pre2017/multimedia/noticias/201507/25/media/cortadas/ORGANO3--490x490.jpg)
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marina casado
Martes, 28 de julio 2015, 11:05
Nacido en Valencia y afincado en la ciudad condal, Juan de la Rubia es uno de los organistas más prestigiosos de España. Además, imparte clases en la Escuela Superior de Música de Cataluña y es el organista de la basílica de la Sagrada Familia. El músico ha recibido el máximo reconocimiento por interpretaciones de Bach, por improvisaciones, por la música para teclado del Renacimiento y Barroco españoles, y las grandes obras del Romanticismo. El valenciano ha quedado prendido del basto patrimonio del que dispone la Comunidad y, sobre todo, la provincia.
¿Además de Nava del Rey, ha participado en la inauguración de otros órganos barrocos restaurados por la Diputación de Valladolid?
Sí, también acudí a la iglesia de Santa María de Tordesillas en el año 2011. Incluso participé en un concierto en la Catedral de Segovia pero ese fue restaurado por la Fundación del Patrimonio Histórico.
¿Qué significa para usted participar en este tipo de eventos?
No deja de ser una inauguración y una fiesta, ya sea de un órgano nuevo o de uno restaurado. La restitución del patrimonio siempre se celebra. Ya sea por la Guerra Civil, por dejadez o por falta de medios para mantenerlo pues se degradan sin que puedan ser recuperados después. La celebración de un concierto permite que se unan muchos estratos sociales y musicales. La gente de los pueblos espera con mucho entusiasmo escuchar el órgano de su iglesia. Los organeros también se interesan por este tipo de eventos, al igual que acuden autoridades tanto públicas como privadas.
¿Cuál es su opinión con respecto al estado del conjunto de órganos de la provincia?
No soy experto aunque sí los conozco mucho. Solo suscitan mi interés los que ya están restaurados como el de Tordesillas o el de Rueda, que también he tenido oportunidad de tocarlo. Castilla y León es la envidia sana de organistas de otras comunidades porque Castilla tiene un patrimonio maravilloso. Se ha realizado una tarea muy loable, no solo en restauración, también en su promoción. Es importante que los instrumentos se mantengan en activo con la celebración de conciertos, por ejemplo, o en la liturgia.
¿Está de acuerdo en que no deberían dejarse perder los órganos?
Por supuesto que sí. Ninguna parte del patrimonio debería perderse. Entidas públicas, privadas y asociaciones de todo tipo abogan por ello. La provincia de Valladolid es la zona donde más se concentran estos instrumentos y con tanta calidad. Además, suponen un símbolo de una época gloriosa.
¿Cómo es la formación de un organista?
Es muy similar a la del resto de instrumentos. Existen estudios reglados, conservatorios de grado medio y superior e incluso un máster. Es una especialidad más, la única diferencia es que el organista no puede tener este instrumento en casa y necesita depender de alguien para poder disponer de él. Para ello, no suele ser fácil. Puedes generar desconfianza en lugares donde no te conocen puesto que vas a casa de otro a tocar el instrumento. Personalmente, a mi en Valencia me costó pero con tesón e insistencia; lo conseguí.
¿Qué le diferencia al órgano de otros instrumentos?
La principal diferencia es que nosotros no tocamos nuestro propio instrumento. Tocamos diferentes órganos y que además pertenecen al patrimonio. Es una característica muy bonita que no tienen otros instrumentos. Nos enriquece personal y profesionalemente.
¿Existen muchos organistas en la provincia o en España?
En los últimos años sí que ha aumentado el número de personas que se interesan por la interpretación del instrumento. No puedo hablar de una cantidad concreta en la provincia. Pero por lo general, antes los pianistas se dedicaban al órgano como hobby o segundo instrumento; no de forma profesional. Y ahora la calidad es mayor, cuatro años de carrera superior supone una mejor formación.
¿Qué le llevó a dedicarse a tocar este instrumento de forma profesional?
Desde pequeño siempre me ha impresionado el órgano de una forma irracional como cuando te gustan ciertas cosas que no sabes explicar el porqué. En el momento que entraba en una iglesia y escuchaba el sonido inmenso del órgano me quedaba fascinado. Mis padres que eran muy melómanos, amantes de la cultura y el arte, me ayudaron a cumplir mi sueño. Con el paso de los años te das cuenta de que no solo era un capricho de niño y que te sigue gustando.
¿Cuál cree que es la valoración del público hacia el instrumento?
El órgano siempre ha tenido mucha relación con la iglesia y esta lo ha tomado como instrumento oficial. Esto es muy positivo porque también lo usan para solemnizar sus liturgias. Sin embargo, cada vez sale más fuera de la iglesia. Existen auditorios en España que tienen este instrumento y también existen repertorios para ser interpretados fuera del templo. Mi sensación es que cada vez llama más la atención al público. Además, no tiene por qué estar relacionado con ningún contexto concreto.
¿Cuál es su pieza favorita o con la que más a gusto se siente?
No le sabría decir; hay muchos estilos y cada órgano tiene su pieza. Me quedo con la obra más adecuada para el órgano que se toca en cada momento.
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