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Jorge Moreno
Sábado, 18 de abril 2015, 22:03
Dicen que escritoras como Espido Freire, que a los 25 años alcanzó el Premio Planeta, pasaron cuando eran escolares por este concurso, que cada año organiza en España la multinacional del refresco. Y no se sabe si los 250 participantes llegados ayer de colegios de Valladolid, Cuéllar, Carbonero El Mayor y Segovia, perseguían esa estela literaria. Pero lo cierto es que por las caras de entusiasmo batían más récords las de los padres y profesores, que las de los aspirantes a un sillón de la Real Academia.
El objetivo no era otro que buscar talento literario, aunque a muchos de los alumnos que participaron quizás les atrajo más las chispas encerradas en las botellas de medio litro que recibieron, después de pasar casi dos horas buscando la palabra precisa para su relato.
La 55 edición de este Concurso llegó ayer al auditorio del Museo de la Ciencia de Valladolid buscando destreza con las palabras y rima con la prosa.
«La organización les da libertad para elaborar el relato, con unas palabras que sirven de partida. En el texto debe de aparecer la frase En aquel tiempo siempre estaba moviéndome, y disponen de dos horas para la redacción», explica Marco Antonio Figueroa, del departamento de Comunicación de Coca Cola, para las provincias de Valladolid y Segovia.
Algunos de estos adolescentes reconocían a la salida de la prueba su nerviosismo mientras redactaban el texto. Codo con codo, y en unas butacas con sus compañeros de aula, fueron dando rienda suelta a su imaginación con la mirada puesta también en el misterio del premio, que «podría ser un viaje». Esta edición se celebró ayer también en Salamanca, Burgos, Palencia, Soria y León, por lo que el número de participantes de segundo curso de la ESO en toda la comunidad ha podido alcanzar los 900.
«Hemos venido en autocar desde Segovia. La selección se hizo por clases, buscando el perfil de aquellos que más destacan en lengua y literatura», señala una de las docentes que acompaña a su grupo.
La compañía de refrescos ha pagado los gastos del desplazamiento de los colegios participantes. Además de Segovia, Cuéllar y Carbonero El Mayor, fueron convocados estudiantes de Tordesillas, Medina de Rioseco, Mojados y Laguna de Duero. La primera fase de esta selección de estos escritores legos se hizo por los docentes de cada centro educativo. Según su criterio, y bajo la premisa de dos alumnos por aula, se buscaba captar a aquellos con mayor creatividad con la pluma.
«Todos los colegios han podido presentarse, y son los profesores los que determinan quién acude a la convocatoria de redacción del relato corto», explica Figueroa. Este año, como miembros del jurado de Valladolid participan el escritor José González Torices y el profesor Lorenzo Ferrero.
Luego, un jurado nacional escogerá a uno de entre 17 seleccionados. En el mes de junio se sabrá quién es el ganador del concurso y la entrega de premios se celebrará en la sede de la Real Academia Española.
Experiencia de tres alumnos
Nada más salir del auditorio del Museo de la Ciencia, su profesora le aborda y pregunta a Miguel Font cómo le ha ido. Él resopla.
«Primero he estado un rato planteando la historia que quería contar. Luego, la he escrito en sucio antes de pasarla a la hoja. La literatura se me da bien, pero el tema que nos han planteado tenía su dificultad», dice. Con 13 años, Miguel reconoce que ha hecho ya sus pinitos. «Una vez escribí con mi vecina un cuento que se lo pasamos a mi profesor de sexto».
Sus amigas consideran que Alba Medrano escribe bien y sabe de literatura. «Ha sido interesante. Me gusta escribir y en clase hago en ocasiones trabajos que tengan que ver con la fantasía. El relato lo he enfocado mezclando el pasado y el futuro», explica esta joven de 15 años. El texto que presentó al jurado se quedó en una cara, de las cuatro que permiten las bases del concurso. «Aunque la literatura me gusta, mi interés se dirige más hacia el dibujo y las ilustraciones».
"La experiencia ha sido muy buena, porque nos ha hecho pensar bastante. Lo he enfocado por mis vivencias con los deportes», explica Saúl Reyes, de 12 años. Este estudiante del Lourdes dio un paso adelante en el colegio cuando los profesores pidieron voluntarios. «Salimos de mi clase siete, y del centro 13 en total». ¿Te atrae la idea de ser escritor? «Sí, de relatos cortos. Me gusta mucho leer, historias inventadas». ¿Y periódicos? «Alguna vez, las páginas de política», dice.
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Pedro Resina | Valladolid
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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