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El ángel retira el velo a la Virgen.
La bajada del Ángel en Peñafiel

La bajada del Ángel en Peñafiel

El pregonero de la Semana Santa de Peñafiel, el subdirector de El Norte de Castilla, José Ignacio Foces, afirmó que los peñafielenses han hecho «que esta sea la villa donde mejor y más espléndidamente se conmemora la resurrección de Cristo»

a. ojosnegros

Domingo, 5 de abril 2015, 14:32

Se cumplió lo pregonado hace apenas una semana durante el Domingo de Ramos. El pregonero de la Semana Santa de Peñafiel, el subdirector de El Norte de Castilla, José Ignacio Foces, afirmó desde la Plaza de España de la localidad que los peñafielenses han hecho que esta sea la villa donde mejor y más espléndidamente se conmemora la resurrección de Cristo (), de ese Dios que resucita en Peñafiel como en ningún otro lugar del mundo, con la alegría que siempre transmite un niño.

Así quedó dicho y, con el peso de las palabras que aun en el aire están cargadas de tanta verdad que no hay vendaval que las mueva un ápice del lugar donde fueron pronunciadas, así se cumplió lo pregonado durante la celebración al mediodía de ayer de La Bajada del Ángel, Fiesta de Interés Turístico Nacional que protagonizó Hugo Orrasco, un peñafielense que en unos días cumplirá siete años de edad y que este año ha sido el encargado de retirar el velo de luto de la Virgen de la Asunción para, de esta forma, anunciar la Resurrección de Jesucristo.

Una vez más el rito se cumplió en la emblemática plaza del Coso, donde una multitud fue cogiendo los mejores sitios para contemplar el vuelo de Hugo, quien, por utilizar un término balompédico, jugaba en casa, pues el coso es un entorno familiar donde cuando tiene un rato da unas patadas a su balón blasonado con el escudo del equipo de sus sueños: el Atlético de Madrid.

Eso se notó, pues más tranquilo y desenvuelto que el sábado cuando realizó la `probadilla, como pájaro en el aire, ayer realizó el vuelo angelical como mandan los cánones del acto: primero salió del globo que le transportaba hasta la vertical de la Virgen, soltó las palomas que portaba junto a su pecho en el momento justo en el que empezó a descender hacia ella, y, así, culminar la Bajada retirando el velo que ayer enlutaba a la madre de Dios. Acto seguido volvió a ascender mientras agitaba el cendal de dolor retirado y pataleaba en señal de júbilo por ser portador de tan feliz noticia como es la Resurrección de Cristo.

Para poder cumplir con la tradición es necesario instalar dos grandes torres, que se engalanan para la ocasión, por las cuales se despliega un sistema mecánico de cuerdas y poleas -al que se sujeta al niño mediante un arnés de seguridad- que es manejado por empleados municipales, quienes esperan la llegada de la procesión que lleva a la Virgen hasta la plaza del Coso desde la de España, de donde sale una comitiva del templo de Santa María compuesta por representantes de las cofradías penitenciales, autoridades, Banda Municipal de Música y un grupo de niños vestidos de hebreos de la hermandad organizadora este año de la Bajada del Ángel: La Pasión. A ella pertenecen también los cuatro hombres quienes sobre sus hombros portaron a la Virgen: Álvaro Clavero, Carlos Alberto Arranz, Raúl Sinovas y Ángel San José.

Lo que acontece en el coso peñafielense es solo una acto más del ritual -el más reconocido y reconocible-, ya que nada más producirse el vuelo angelical, en comitiva procesional y de nuevo con los acordes de la Banda Municipal de Música, la escenografía se trasladó a la puerta de la iglesia de San Miguel de Reoyo donde el párroco de la villa, bajo palio y con la Custodia en sus manos, salió del templo a recibir la imagen de la Virgen. Es entonces cuando sus cuatro portadores, ante el Santísimo, realizaron ante él tres genuflexiones en señal de saludo recreando un simbólico encuentro de María con el hijo vuelto a la vida. A continuación se celebró misa en San Miguel presidida, desde el altar, por Hugo, quien ya forma parte de la historia de Peñafiel.

Orígenes de la Bajada del Ángel

El origen de la Bajada del Ángel de Peñafiel es desconocido. Los datos más antiguos se documentan en 1799, y la escenificación parece de época barroca, aunque podría remontarse a los siglos XVI o XVII.

Después de una semana en la que se escenifica el martirio y muerte de Jesucristo por las calles de la villa a cargo de las cuatro cofradías existentes, la Semana Santa peñafielense culmina el Domingo de Resurrección con la Bajada del Ángel o la Fiesta del Ángel, una celebración que puede ser una evolución en los Autos Sacramentales de la Edad Media con los que se trataba aleccionar a los fieles de los principales dogmas del catolicismo.

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