El mejor jugador vallisoletano

Su carrera deportiva fue todo un ejemplo a seguir ya que desde las canchas del colegio llegó a lo más alto del baloncesto nacional, defendiendo incluso la camiseta de la selección española. Lalo García nació un 20 de marzo de 1971. Habría cumplido recientemente los 44 años. Destacó como cadete en el Lourdes, cuando entonces ya formaba parte de la cantera del Fórum Filatético. Sus caractertícas físicas no destacaban especialmente, con casi 190 centimétros, ni tampoco sus cualidades técnicas. Lo que le hacía especial a Lalo era la fe en sus posibilidades, en el trabajo incansable, en la lucha continua, en la necesidad del esfuerzo para conseguir sus metas. Ycon 17 años debutó en la liga ACB de la mano del entonces entrenador Pepe Laso, en la temporada 1988-1989.

Desde el primer momento fue el ojo derecho de la afición. Era el hombre de la casa, de la cantera. Y encima era todo pundonor, carisma, irreductible. Todo lo que el aficionado desea. Y con ese cariño, Lalo se mantuvo fiel a los colores de su club a lo largo de su carrera. Nada menos que trece temporadas. Algunas de ellas, memorables.

Compartió vestuario con lo más granado del baloncesto mundial, que por aquel entonces se daba cita en el Pisuerga. Jugó con Arvydas Sabonis, con Homicius o Tikhoneko, aquellos, entonces rusos, que sorprendieron al baloncesto español desde Valladolid. También vivió días de gloria con el brasileño Óscar Schmidt Becerra, Andrei Fetissov, el veteranísimo Juan Antonio Corbalán o el gordo Williams, pero también con nombre más locales, como Miguel Ángel Reyes, Bustos, Carles Marco, Raúl Pérez, Sergio Luyk, David Brabender, Llorente, Odriozola, ALex Bento o Pedro Mateu e incluso en su última temporada, en el 2001, con Román Montañez, actualmente en las filas del CB Valladolid.

Incluso tuvo la oportunidad de vestir la camiseta nacional en ocho ocasiones de la mano de Antonio Díaz Miguel y fue considerado el mejor debutante de la temporada 1991-1992.

En sus últimos años, las lesiones le impidieron una mayor progresión y sobre todo la posibilidad de haber alargado aún más su carrera deportiva. Con 30 años decidió abandonar la práctica profesional del baloncesto. En el 2004, su camiseta subió a lo más alto del Pisuerga en homenaje al bravo jugador.

Pero fue poner punto final a su vida profesional, donde las mieles del éxito siempre eclipsaron a las decepciones, y comenzar el particular calvario para Lalo García. Tuvo unhijo de su primer matrimonio, que acabó en divorcio, y volvió a repetir la experiencia poco después con el mismo resultado.

Posteriormente, en 2006, llegó el gran golpe a la vida de Lalo García. Había recogido el negocio de su padre, que falleció unos años antes y que era el representante de Fórum Filatélico en Valladolid, una entidad de ahorro e inversión. La estafa piramidal de los directivos de esta empresa en Madrid se llevó los ahorros de muchos vallisoletanos. Por supuesto que también los de Lalo García y su familia. Fue un amargo trago, ya que muchos ahorradores culpabilizaban al exjugador de la pérdida de su dinero. Era como si todo el carisma y estrella de Lalo García se viese ennegrecida por esta situación.

Sin trabajo, el CBValladolid le nombró director técnico, pero en su dos escasos años al frente de los asuntos deportivos de la entidad los problemas económicos lastraron al club hasta hacerle perder la categoría, por primera vez en 30 años. Lalo García asumió sus responsabilidades y dimitió del cargo al final de la temporada 2008.

Desde entonces, la vida de Lalo García se volvió cada vez más difícil. Le dieron su nombre a un polideportivo en Parquesol en 2011, pero el jugador no encontraba acomodo ni un trabajo satisfactorio. El pasado 4 de marzo desapareció para siempre. Ahora solo queda su recuerdo.