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LAURA NEGRO
Domingo, 15 de marzo 2015, 16:36
Le gusta presentarse como terapeuta emocional y de los nudos. Ella es Lorena Sevillano Íñiguez (33), una barcelonesa que asegura que encontró su verdadera vocación profesional de forma completamente inesperada. Durante nueve años estuvo trabajando en el sector musical como directora de producto y desarrollo, hasta que tuvo un grave problema de salud, y el único remedio que realmente le dio un buen resultado fueron las terapias naturales. «A partir de entonces comencé a estudiar estos tratamientos y descubrí una vocación desconocida», asegura esta terapeuta.
Dio sus primeros pasos en este sector en su ciudad natal, hasta que se vino a vivir a Pedrajas de San Esteban hace casi cinco años. Llegó un momento en que decidió plantar cara a la crisis y convertirse en autónoma. Contó con el apoyo de su marido, también autónomo, y quien le hizo perder todos los miedos a la opción de emprender. Al principio recibía a sus pacientes en su propio domicilio, hasta que abrió las puertas de su centro en la calle Pozo Bueno de la villa pedrajera. No necesitó realizar grandes inversiones en maquinaria o material, ya que su trabajo depende principalmente de sus manos y su formación.
Sus manos terapéuticas y su formación le permiten diagnosticar, prevenir y tratar diversas patologías. Utiliza diferentes terapias en su centro, como son el quiromasaje, masaje deportivo, drenaje linfático, reflexología podal, acupuntura, nutrición y dietética, psicoterapia, mediación y resolución de conflictos, terapia del duelo, reiki... «todos estos tratamientos se basan en la medicina natural milenaria y no tienen efectos secundarios. Trato todas aquellas dolencias y enfermedades en las que la medicina alopática, o convencional, no ha dado el resultado esperado. Bien porque una persona está cansada de tomar medicación y busca un tratamiento alternativo, o bien porque necesita una terapia complementaria a la que está realizado con medicina tradicional», indica esta joven emprendedora.
Hasta su consulta llegan pacientes de Olmedo, Íscar, Mojados, Megeces, Cuéllar, Valladolid e incluso Madrid, aunque aclara que, aproximadamente, el 60% son sus vecinos de Pedrajas de San Esteban. Los rangos de edades son muy variados, si bien es cierto que muchos acuden a recibir estas terapias como última opción. «Algunos vienen con un grado de dolencia extremo y esperan que se solucione todo en un minuto. Tengo que hacerles ver que esto no es la panacea», afirma esta emprendedora.
Empatizar con el usuario
«Utilizo el quiromasaje para tratar contracturas, tendinitis, cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, ciáticas e incluso esguinces. Para las dolencias crónicas, trabajo las terapias naturales. De esta manera equilibro el tiroides, la diabetes, mejoro el asma, alivio migrañas o dolores que provocan las enfermedades degenerativas. Y en la parte más emocional, combino la psicoterapia con acupuntura. Los resultados son realmente positivos en personas que sufren de depresión, ansiedad, miedos, traumas o situaciones emocionales complejas», informa.
Uno de sus grandes logros en la consulta diaria es empatizar con sus pacientes, haciéndolos sentir únicos y tratados con excelencia. «Doy el 200% de mí en cada tratamiento y cuido de cada paciente como si fuera el único. Al final eso se nota. Me dejo llevar por mi emoción, mi naturalidad y mi instinto. Busco la causa de la lesión y trabajo desde ahí. Sería un error fijarse solo en el síntoma, hay que ahondar en la cuestión que provoca toda dolencia. No necesito mirar una espalda para saber dónde duele. Mis manos van solas», explica convencida.
Su oficio le hace feliz. «Siento que no podría hacer nada mejor que lo que hago ahora. Es cierto que ser autónomo exige una dedicación de veinticuatro horas al día, siete días a la semana. En cambio, cuando trabajas por cuenta ajena, tras ocho horas de trabajo, te vas a casa sin ninguna preocupación hasta el día siguiente», enfatiza esta terapeuta.
Asegura que no le ha hecho falta poner en marcha ninguna campaña promocional para dar a conocer su negocio, y sin embargo, es muy conocida en la comarca. ¿Su secreto? Hacer las cosas bien. «No me hizo falta hacer nada más. Rápidamente mi negocio empezó a crecer, pues mis clientes se iban contando unos a otros los beneficios de estas terapias», completa esta joven, quien además imparte charlas y talleres
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