Premian el trabajo de recuperación de las lagunas del Raso de Portillo

La Pedraja de Portillo y sus lagunas, cuya inauguración tuvo lugar a principios de este año, han recibido uno de los cinco Premios de Voluntariado de Biodiversidad otorgados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Este galardón se lo ha llevado concretamente el proyecto Mejorando las lagunas del Raso de Portillo, llevado a cabo por la Asociación Garrapinos, en colaboración con el Ayuntamiento de esta pequeña localidad, cuyos vecinos están más que orgullosos del reconocimiento.

El premio está dirigido a los mejores proyectos que desarrollan acciones de conservación en sus territorios a través de la participación de voluntarios, como es el caso del ejecutado en La Pedraja de Portillo, que ha conseguido potenciar y dar aún más valor a estas lagunas a través de actividades en las que han participado tanto vecinos de la localidad como personas llegadas desde la capital vallisoletana y de otros municipios cercanos.

Los talleres

El punto de partida del proyecto estuvo marcado por un taller realizado en septiembre desde la asociación, junto con la ayuda de la Fundación Caja de Burgos, y del que formaron parte más de 30 personas realizando un testing de biodiversidad, muestreo fotográfico del que se obtuvieron magníficas imágenes de las especies de animales y plantas que habitan en esta zona.

La Asociación Garrapinos perseguía desde el primer momento compartir con los ciudadanos la riqueza natural con la que cuenta este paraje a través de una actividad de colaboración entre diversos colectivos. En el Raso de Portillo se encuentran dos lagunas, de 2,8 y 8 hectáreas, que se extienden a ambos lados del arroyo del Molino, procedente de Portillo. Estas lagunas, cuyas obras comenzaron en abril de 2012 y culminaron a principios de este año, han sido creadas gracias al II Plan de Restauración de Riberas en la cuenca del Duero.

Cigüeñuelas, fochas, avutardas, polluelas y cigüeñas son algunas de las aves que se pueden contemplar desde los seis observatorios instalados alrededor de las lagunas, desde los que se contempla un paraje que invita a la relajación.