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laura negro
Domingo, 12 de octubre 2014, 10:41
Su historia emprendedora parte de una antigua receta de cocina, que ha sido disfrutada de generación en generación, y que se ha convertido en una de las señas gastronómicas de la localidad de Pesquera de Duero. Estamos hablando de las rosquillas ciegas, un dulce típico desde hace más de doscientos años, que desde julio de 2013 elaboran con mimo, y de forma muy artesanal, los peñafielenses Fernando Aguado (36) y Enrique Veganzones (34).
Su excelente sabor hizo ganar fama en toda la comarca a este esponjoso manjar, cuya receta, constituye un secreto que ha ido pasando de padres a hijos. Uno de los últimos eslabones de esta familia fue la tía Basi, quien supo guardar con recelo la fórmula que ahora hornean estos jóvenes emprendedores. Ambos trabajan juntos en una empresa del sector alimentario, donde han adquirido conocimientos, técnicas y sobre todo, mucha pasión por el mundo de la repostería y el dulce. Los dos compaginan su actual trabajo, con este nuevo proyecto empresarial. «Nos enteramos de que la empresa La Tía Basi estaba en una difícil situación económica y decidimos apostar por ella. Hemos comprado la marca y la receta, que constituye un secreto, como el de la Coca-Cola. También hemos comprado maquinaria nueva. En total la inversión realizada asciende a unos 100.000 euros», comenta Fernando.
Para ellos supone una gran responsabilidad mantener intacto el sabor de un producto con tanta historia, para ello, ponen especial atención en la materia prima que utilizan en su elaboración. Toda ella natural y de primera calidad. El proceso requiere pocos ingredientes, pero todos tan importantes, que si no se cumplen los porcentajes, su elaboración fracasará. Aceite de oliva, harina, yema, aguardiente y un vistoso y sabroso baño de merengue suizo hecho de clara y azúcar, son los componentes de este manjar.
Se trata de fabricación artesanal en pequeños lotes. Producen unas 2.500 cajas a la semana, de 6 y 12 unidades. «Tenemos el trabajo muy bien programado. Un día hacemos la mezcla, la ponemos en las planchas y la horneamos. Al día siguiente la damos un baño de merengue y la dejamos secar. Otro día las damos la vuelta y las bañamos por el otro lado. El último día empaquetamos. Se trata de un producto que requiere mucha elaboración, ya que el doble baño es muy laborioso, pero es una de las características más importantes que definen nuestras ciegas», explica Aguado.
Aunque la marca La Tía Basi, viene de lejos, y la historia de este dulce, aún más, estos dos emprendedores han partido de cero. Lo primero que hicieron fue cambiar por completo la imagen corporativa, como símbolo de la nueva etapa que ellos comienzan. Para ello, contaron con la colaboración de un diseñador gráfico, que ha creado un elegante packaging, que cumple la importante función de conservar el producto y de hacerlo más atractivo a ojos del cliente.
Comercialización
Para Aguado, ésta es su primera aventura empresarial, no así para Veganzones. «Todo nos ha resultado complicado. Hemos tenido que hacer muchas pruebas hasta que las ciegas nos han salido como queríamos. La venta y la comercialización, también es tarea complicada, ya que hay mucha competencia y no es un producto de primera necesidad. Pero en cuanto prueban nuestras ciegas la cosa cambia y todo se vuelve más fácil», anotan. Y es que, aunque existen varios tipos de rosquillas ciegas, típicas de otras localidades cercanas, Fernando defiende las suyas como un producto diferente y especial, «producen una sensación muy suave al paladar, que hacen que sean muy apetecibles y se deshagan poco a poco en la boca». Esa textura, solo se consigue tras una lenta y exhaustiva cocción de la masa.
Ya tienen varios distribuidores en Castilla y León, y su mayor logro ha sido la firma de un acuerdo con El Corte Inglés para la comercialización de este manjar en las tiendas gourmet de la gran cadena de distribución. «Hemos conseguido estar presente en veinte centros de toda España. En todos los de Castilla y León, y en importantes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. El Corte Inglés será nuestro principal punto de referencia para que el público nos encuentre», indica Aguado.
La Tía Basi, SL también está presente en ferias y mercados. «Hemos estado en la IX feria del dulce y la repostería de Benavides de Órbigo, que es bastante importante en el sector y hemos conseguido el segundo premio al producto artesanal», comenta satisfecho.
Las ciegas de La Tía Basi son el complemento idóneo para cualquier reunión familiar o acto social. De picoteo, para recibir una visita inesperada, o simplemente para darse un pequeño placer con un producto que mantiene la calidad y el buen hacer de los pioneros que, hace 200 años, propiciaron el auge de las ciegas.
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