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jesús nieto
Domingo, 7 de septiembre 2014, 11:20
A medida que se acercaba la hora de comienzo del espectáculo, el público se impacienta: globos rojos en las primeras filas para recibir a la que sin duda es en estos momentos una de la principales voces del pop español, miles de personas haciendo la ola en los tendidos. A las 22:29 horas se apagan las luces, se encienden las pantallas de los móviles y con puntualidad británica la voz (y nunca mejor dicho) de Malú avanza los primeros compases: Con Ni un paso atrás inicia dos horas de música. Cuando hace su aparición en el escenario estalla el delirio.
Escenografía austera de Luis Pastor, vestida con un mono negro con cristales Swarovski, melena al viento... El público se entrega desde los primeros acordes. Y allí, en primera fila, con sus globos rojos de corazones, sus principales fans, las amigas que la acompañan a todos los conciertos: Verónica, Marta, Celinda Desiree y Roberto, entre otras. «Siempre llevamos nuestros globos rojos», dicen los miembros del club de fans Siempre tú, que han estado casi dos días haciendo cola para coger el mejor sitio, ataviadas con las prendas que vende el merchandising de la artista.
A Ni un paso atrás le sigue Te conozco desde siempre, que canta su público con ella. «Buenas noches, Laguna de Duero», saluda la artista madrileña, que enciende a sus seguidores y seguidoras. Malú deseo que su público salga del recinto lagunero «con una sonrisa en la cara».
El coso taurino lagunero colgó el cartel de No hay billetes. Todas las entradas vendidas para ver a la que está protagonizando la gira más exitosa del verano, con llenos en prácticamente todos los recintos. Y los que pagaron los 20 euros que costaba la entrada no salieron defraudados. Una escenografía austera, pero impactante con una rueda de focos que cambiaba de posición y le daba al espectáculo un ritmo dinámico, mientras siete músicos ponían la melodía a cada una de las 25 canciones que interpretó la artista madrileña en las dos horas de espectáculo. Fuera, decenas de personas se situaban delante de la entrada para ver algún resquicio del concierto, mientras otras muchas, resignadas a no verlo, siguieron por lo menos la música en el exterior.
Deshazte de mí, Me quedó grande tu amor, Voy a quemarlo todo y así tema tras tema que todos conocían y coreaban. Y finalmente, como deseó la artista, las 6.000 personas que se dieron cita en la plaza de toros de Laguna de Duero salieron del recinto con una sonrisa en la cara.
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