Un encierro ecológico y el gran prix llenan las calles y la plaza de Pedrajas

Pedrajas de San Esteban continuó ayer marcado por el aumento de la temperatura ambiente, con sus celebraciones festivas en honor a San Agustín. Y lo hacía desde muy temprano, con la ya tradicional degustación de sopas de ajo que desde hace años, cuando cumplió su vigésimo quinto aniversario, la peña Los Elegantes puso en marcha. Esta degustación servía para abrir boca para lo que vendría después, y que no era otra cosa que un encierro ecológico infantil en el que los más pequeños, y también alguno más mayorcito, disfrutó lo suyo corriendo delante de los tres toros de carretón que durante más de una hora cubrieron el recorrido que va desde la plaza de toros hasta el cruce de la calle Alamar con la calle Caño. Este festejo taurino estuvo animado por un grupo de dulzaineros.

Ya a la hora del vermú, la animación en las terrazas de los diferentes establecimientos hosteleros corrió a cargo de la Unión Musical El Pendón. Música que no cesó, ya que a las cuatro de la tarde arrancaba desde la Plaza Mayor un recorrido por un total de seis peñas amenizado por la charanga local La Gaveta, seguido sobre todo por la gente más joven, que a su llegada era agasajada con sangría, cerveza y refrescos mientras los músicos interpretaban algunas de las piezas más conocidas de su amplio repertorio.

Una hora después, en la Plaza Mayor tenía lugar una de las señas de identidad propias de la fiestas pedrajeras, la primera de las sesión de café-concierto a cargo del cantante solista David de Andrés.

También por la tarde, la plaza de toros acogía por segundo año consecutivo un festival gran prix de peñas, en el que seis grupos se enfrentaron entre sí en varias y divertidas pruebas de habilidad, algunas de ellas con la participación añadida de unas movidas vaquillas que a más de un concursante pusieron en apuros, en el que finalmente se impuso la peña Xkapada, seguida de La Embestida, El Asilo, Finca Bravio, La Intuición y Los Domasuegras.

Media hora antes de que el reloj marcara la medianoche, tenía lugar el segundo encierro animado por La Gaveta. Concluido este, en la Plaza Mayor estaba previso que comenzara una verbena amenizada por la orquesta Mundo, que traspasó el testigo a la discomovida Pahino bien entrada la madrugada.