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J. Sanz
Viernes, 18 de julio 2014, 10:30
«Empezamos a escuchar los lloros de un bebé y enseguida comprobamos que venían de un coche que estaba aparcado a la puerta», explican las comerciantes de los negocios situados a la altura del número 1 de la calle Espíritu Santo. Allí, en el interior de un Toyota Yaris con las ventanillas subidas y estacionado a pleno sol cuando los termómetros marcaban 33 grados, observaron «a un niño tapado por completo con una manta cubriendo la sillita del coche y al que apenas se le veían los pies». Eran las 12:54 horas de ayer y enseguida avisaron al 112 después de buscar sin éxito a sus padres en los bares y establecimientos del entorno.
Apenas un minuto después llegaron los primeros policías municipales al lugar de los hechos. Los agentes comprobaron que en el interior del vehículo había un bebé, que para entonces había dejado de llorar y apenas se movía bajo la manta que cubría la sillita. «Los agentes entendieron que la vida del niño podía correr peligro y decidieron romper una ventanilla con la defensa», explican fuentes policiales.
Para ello escogieron la ventanilla más alejada del asiento del copiloto, la de la parte posterior al del conductor. Una vez roto el cristal lograron sacar al bebé del interior. El niño, de tan solo cuatro meses, «estaba asfixiado, salió completamente rojito porque al coche le estaba dando el sol a saco a esa hora», coinciden en señalar distintos testigos del rescate, quien apuntan que el interior del habitáculo llegó a rondar los 40 grados de temperatura.
Los agentes se llevaron al pequeño al bar de enfrente (Oh, la, la), en la plazoleta de San Juan Bautista, y allí le refrescaron y le dieron agua, explicaron sus camareros. Yen esas estaban cuando «apareció la madre», una mujer de 35 años que, según los testigos, «parecía bastante tranquila» y que «llegó a decir en varias ocasiones que vaya un bochorno».
La mujer, ante los agentes, explicó que «se había ido a hacer un recado en el entorno de El Cuadro y que apenas había tardado cinco minutos en regresar», según confirmaron fuentes policiales. Lo cierto es que el tiempo transcurrido entre la llamada de los testigos y su llegada era ya de por sí superior, pero es que además el tique de la ORAreflejaba las 12:41 horas, es decir, que el bebé permaneció 21 minutos como mínimo en el coche.
La madre, que se hizo cargo del bebé y se comprometió a llevarlo a un centro de salud, será investigada ahora por un juzgado por si los hechos son constitutivos de delit
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