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La Policía alemana busca pistas entre los restos de la vivienda del grupo neonazi. :: JAN WOITAS-AFP
El servicio secreto alemán protegió a un grupo neonazi
MUNDO

El servicio secreto alemán protegió a un grupo neonazi

La Agencia Federal de Turingia dio información a un infiltrado que tenía relaciones con la banda, que asesinó a diez personas en una década

ENRIQUE MÜLLER CORRESPONSAL

Martes, 20 de diciembre 2011, 01:17

Desde hace más de un mes, Alemania se interroga sobre la supuesta complicidad que pudo haber existido entre miembros de la Agencia Federal de Defensa de la Constitución de Turingia (LfV) y un grupo de neonazis que asesinó a diez personas y cometió varios asaltos bancarios a lo largo de una década. Las sospechas han vuelto a cobrar una inquietante actualidad después de que un periódico de Berlín revelara ayer que el organismo secreto regional informaba a la banda sobre las pesquisas que realizaba la Policía para capturarlos.

Según el rotativo 'Berliner Zeitung', los agentes entregaban información a Tino Brandt, un infiltrado en la escena neonazi y que supuestamente tenía relaciones con el trío asesino. Varias veces, el topo fue avisado de que las fuerzas de seguridad estaban vigilando su vivienda y que miembros de la Agencia Federal también seguían sus desplazamientos. Aún no están claros los motivos que impulsaron a representantes del servicio secreto a sabotear el trabajo de vigilancia de la Policía.

El fin de semana pasado, otro medio, el dominical 'Bild am Sonntag', reveló que agentes del servicio secreto de Turingia habían entregado la suma de 2.000 marcos (unos 1.000 euros) al topo para que la banda pudiera obtener nuevos documentos de identidad poco después de que el trío asesino pasara a la clandestinidad. En opinión de las autoridades, que admitieron haber entregado el dinero, la acción había sido aprobada para detectar el paradero del grupo, una medida que fracasó rotundamente, ya que la suma nunca llegó a las manos de los neonazis.

Las indagaciones periodísticas, que no han sido desmentidas, reforzaron la sospecha de que la sección regional de la Agencia Federal de Protección de la Constitución -un organismo cuya función es luchar contra los grupos que pueden poner en peligro el orden público- podría haber protegido a la banda durante su orgía de terror, que llegó a su fin el pasado 4 de noviembre en Eisenach y Zwickau. Ese día, Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos se suicidaron después de cometer un atraco a un banco. Poco después, el tercer miembro de la banda, Beate Zschäpe prendió fuego a la vivienda que compartía con sus cómplices con el objetivo de destruir pruebas. Posteriormente, se entregó a la Policía.

Ingreso en la clandestinidad

Las sospechas de que la banda terrorista podría haber recibido ayuda o protección por parte de los servicios secretos de Turingia cobraron fuerza cuando varios medios recordaron que el antiguo responsable de la sección regional del LfV, Helmut Röwer, había gastado una fortuna para pagar a varios líderes neonazis para que se convirtieran en agentes infiltrados al servicio del Estado alemán, como Tino Brandt, que recibió unos 100.000 euros. Con el dinero, el topo fundó la organización Thuringer Heimatschutz, donde figuraban como miembros activos sus amigos Beate Zschäpe, Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt.

Cuando la banda decidió pasar a la clandestinidad, en 1998, obtuvo dinero extra con la venta de un juego copiado de Monopoly, pero afín a su ideología. El producto, que era vendido por 100 marcos (51 euros), se llamaba Progromly y en lugar de edificios ponía a la venta estaciones de ferrocarriles ubicadas en los campos de exterminio nazi. La Agencia Federal de protección de la Constitución de Turingia compró diez juegos a un vendedor conocido por ellos, el topo Tino Brandt.

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